Las elecciones del 27-S

'Fem-ho a Catalunya, en comú'

Es posible ilusionar y ganar, como ha pasado en Barcelona, con un proyecto y apuesta compartidos

JOAN HERRERA / DOLORS CAMATS

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Guanyar Barcelona en comú en una candidatura de confluencia entre formaciones políticas, movimientos sociales y ciudadanía ha sido la gran noticia de las elecciones del 24 de mayo. Por la importancia y simbolismo que tiene que esta experiencia haya sido posible en la capital catalana, pero sobre todo, por el hecho de que tener un gobierno claramente de izquierdas en el Ayuntamiento tendrá consecuencias directas en la mejora de la vida de la gente.

Tenían sentido esos escenarios de confluencia política y social en Barcelona y en otros lugares: la posibilidad real de cambio para impulsar una política que devolviera al ciudadano al centro de las decisiones y especialmente a los que peor lo pasan. Este es nuestro ADN y fue el escenario que contemplamos hace dos años en la asamblea en Viladecans, y hace un año celebrando otra abierta a muchos actores de la izquierda, 'Ara es demà'. El posicionamiento a favor de las confluencias forma parte de nuestra tradición: hace muchos años que mantenemos una coalición de suma con EUiA o que trabajamos con independientes de todo el país a través de la Entesa del Progrés Municipal (EPM); el mismo nacimiento del PSUC en 1936 fue la suma de varias formaciones; y en 1987 el nacimiento de Iniciativa fue una apuesta integradora con el PSUC, PCC, ENE e independientes.

Los partidos no son un fin en sí mismos. Son un instrumento al servicio de una idea. Y esto se ha traducido en poner partidos y actores políticos al servicio de la gente, renunciando, con generosidad, visión de futuro y ambición, para avanzar de forma compartida. Hoy el escenario en Catalunya es similar al de Barcelona: una ciudadanía castigada por la crisis, desigualdades crecientes y un Govern que prioriza el patrimonio de los más ricos y las grandes empresas en lugar de defender nuestro patrimonio: los servicios públicos, la educación, la sanidad...

Fortalecidos tras las elecciones municipales

Aportamos la gente de ICV una organización que sale fortalecida de las municipales, con magníficos resultados donde teníamos la alcaldía (El Prat, Santa Perpètua, Sant Feliu, Montornès, La Llagosta, La Sènia, ...) o con municipios donde la hemos logrado (Castelldefels, Montcada). Con un reconocimiento al trabajo realizado donde influimos en gobiernos de izquierdas y allí donde lideramos la oposición. Hoy ICV tiene un espacio político sólido que es un capital imprescindible para una confluencia en Catalunya.

También aportamos una tradición que viene de lejos, y queremos que vaya más lejos. Nuestra historia, en la que la honestidad y la transparencia han caracterizado la forma que tenemos de entender la política, es más actual que nunca. Cuando muchos ojos miran hacia la corrupción que ha afectado a la gran mayoría de partidos tradicionales, en ICV podemos mostrar un historial limpio: ningún caso de corrupción habiendo desarrollado responsabilidades de gobierno a todos los niveles. Porque está muy bien ser nuevo y ser limpio, pero tener una larga historia y ser limpio dice mucho.

A nuestra solidez organizativa y electoral y a nuestra limpieza y honestidad hay que sumar un elemento fundamental: profundos valores de izquierdas y ecologistas y compromiso con el derecho a decidir.

Una salida diferente a la crisis

Nuestros valores son los que nos han llevado a defender desde la calle, junto a las movilizaciones, y en las instituciones, gobernando o en la oposición, que existía una salida distinta a la crisis. Mientras CiU, PP y, lamentablemente, el PSOE aceptaban los dictados de la austeridad y los recortes, allí donde hemos gobernado hemos demostrado que es posible una política de justicia social y de defensa de los servicios públicos. Y somos los defensores del derecho a decidir del pueblo catalán. Hemos trabajado para que formaciones en el Estado y en Europa se pongan al lado de la democracia, del derecho a decidirTenemos un horizonte claro: que la población se exprese en un referéndum. No creemos en sustitutivos y es lo que comparte la gran mayoría de la población.

Y todo esto queremos sumarlo a un proyecto más amplio, inclusivo y con un horizonte de cambio como el de Barcelona. Porque existe una oportunidad histórica, porque es preciso un cambio radical en las políticas de la Generalitat que aborde la crisis nacional, política y social que vivimos y que solo puede ser constituyente, para decidir todo.

Hemos coincidido con mucha gente en el diagnóstico, en la lucha en la calle, en los centros de trabajo o defendiendo un servicio público, una libertad amenazada o de nuevo un derecho recortado con la excusa de la crisis. Ahora sabemos que no es suficiente con compartir un diagnóstico, sabemos que si compartimos una apuesta y un proyecto, podemos ilusionar y ganar. Nosotros estamos dispuestos a hacerlo, en común.

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