El polémico disfraz

El hijo del alcaldable de CiU enciende la precampaña en Mataró

El polémico disfraz del hijo del alcaldable de CiU enciende la precampaña en Mataró

El polémico disfraz del hijo del alcaldable de CiU enciende la precampaña en Mataró

JOAN SALICRÚ

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El viernes de la semana pasada, el día que quedaban cien para la celebración de las elecciones municipales del 24 de mayo, todo parecía tranquilo políticamente hablando en Mataró. Casi nadie en la ciudad –exceptuando la sección local de ERC- hizo referencia a esta fecha simbólica a partir de la cual empieza la cuenta atrás para decidir cómo se articula la gobernación de la ciudad los próximos cuatro años.

Sólo en el ámbito 2.0 se podían intuir los primeros movimientos: el concejal no adscrito Gabriel Ponce atacando a sus ex compañeros de Plataforma per Catalunya, la formación de Mònica Lora a su vez arremetiendo contra Ciutadans en la competición particular que tendrán para la hegemonía del discurso "anticasta", los miembros del gobierno de CiU y candidatos de la futura lista encabezada por Joaquim Fernàndez multiplicando su presencia en Twitter y las redes sociales, el candidato socialista David Bote acudiendo a gran cantidad de actos deportivos y sociales sobre todo de los barrios de la ciudad...

El mismo viernes se celebró un acto previo a la Rúa de Carnaval, la Portabardellada, y al día siguiente esta Rúa con toda normalidad, sin ningún elemento digno de aparecer en las portadas de los periódicos como había pasado el año anterior, cuando la celebración de esta fiesta estuvo rodeada de polémica porque Pellofa, el Rey del Carnaval local, estaba caracterizado como un Mosso d'Esquadra.

No obstante, el lunes por la mañana empezó a circular por las redes sociales una fotografía tomada en Mataró donde se veían cinco personas disfrazadas de policía local de Barcelona con una maceta en la cabeza y un símbolo de interrogante, haciendo referencia a las dudas que envuelven los hechos del polémico documental ‘Ciutat Morta’.

La foto se había tomado en la Portabardellada del viernes -un acto que se basa en la crítica y la sátira política- y resulta que una de las cuatro personas que se veían en ella era Jordi Fernández, hijo del alcaldable de CiU en la ciudad, el concejal de Cultura Joaquim Fernàndez, pero en un primer momento nadie advirtió este detalle.

Más bien -el periodista barcelonés que me la envió, por ejemplo- lo ponía como ejemplo de hasta dónde se podía llegar en el uso de la sátira, porque aunque los autores del disfraz querían precisamente subrayar las dudas pendientes del caso -de ahí el interrogante que figuraba en la maceta-, la imagen se podía entender también como una mofa muy inapropiada contra los policías afectados por el caso. Las sutilezas son malas compañías de las precampañas electorales, especialmente cuando quien las propone es una persona tan cercana a una personalidad políticamente relevante.

Fue más tarde, hacia el mediodía, cuando algunos mataroneses empezaron a advertir la inevitable lectura que podía tener la foto en clave política local. El primero en hacer referencia a los hechos fue el jefe del grupo municipal popular, José Manuel López, muy activo en las redes sociales, quien colgaba una frase enigmática en Twitter: "Espero que el responsable del Carnaval de Mataró esté ahora mismo firmando sume carta de dimisión, impresentable, inhumano e incalificable”. No concretaba cuál era el motivo de su malestar, aunque horas después se acabaría comprendiendo -con todo, los disfrazados no formaban parte de ninguna comparsa municipal ni de la organización de la fiesta, por lo que el tuit del líder popular era en cierta forma un brindis al sol-.

La líder de Plataforma per Catalunya en Mataró, Mónica Lora, tardó más en reaccionar pero cuando lo hizo fue mucho más sagaz. Vio la oportunidad de apuntarse el tanto y anunció que llevaría el tema al próximo pleno municipal, con una propuesta de resolución que instaba a reprobar el disfraz y a sus promotores, una iniciativa política de dudosa utilidad y que básicamente pretendía embadurnar el alcaldable de CiU, que salía citado en el texto. Al día siguiente, eso sí, José Manuel López anunciaría que él también llevará la cuestión al pleno y un sindicato de la Guardia Urbana amenazaría con denunciar los hechos a los tribunales, directamente, así como otros colectivos sindicales de Mossos -CCOO y SPC-. También al atardecer, el candidato del PSC, David Bote retuiteó  un mensaje de un simpatizante del PSC que se refería a la cuestión.

De modo que este martes el panorama pintaba movido ya desde el primer momento y durante el día vivió un intenso revuelo mediático en torno a la cuestión; una auténtica tormenta 2.0. Jordi Basté habló del tema en su programa matinal y EL PERIÓDICO se refería también al caso y se preguntaba por los límites del humor y posteriormente anunciaba la presencia del hijo del alcaldable de CiU entre los promotores del disfraz. Hacia media mañana, el ruido era atronador, con los miembros de Plataforma y del PP locales disparando a discreción -así como destacados tertulianos como Pilar Rahola- contra el concejal y el grupo del disfraz.

Tanto ruido había que, en un gesto que ha causado sorpresa entre los periodistas y los sectores más informados de la ciudad, pasada la una del mediodía el propio alcaldable de CiU emitía un comunicado a través de su web de campaña donde en vez de situar la cuestión en un terreno estrictamente personal de su hijo, daba por cierta la gravedad de los hechos y asumía las consecuencias políticas de los mismos.

En concreto, admitía que su hijo se había "equivocado", lamentaba y rechazaba los hechos y anunciaba que, las próximas horas, hablaría con la familia del agente de la Guardia Urbana que quedó herido "para explicarle cómo ha ido todo, para mostrarle mi solidaridad y para presentarle mis disculpas". Una salida de escena que mereció rápidamente la respuesta de David Bote, preguntándose por el motivo del comunicado: Per què @QuimFernandez demana disculpes? És que ho sabia? Que hi té res a veure?".

Efectivamente, hay que considerar el hecho de que, probablemente, con su respuesta, Joaquim Fernàndez no ha hecho más que situarse en el marco dibujado el lunes por la noche por Mónica Lora, en vez de mantenerse al margen de una cuestión de la que él no es el protagonista en ningún caso.

El caso, pues, reabre el debate clásico sobre dónde termina la vida pública de un político y comienza su vida privada, espacio en el que puede ocurrir perfectamente que familiares de éstos manifiesten actitudes que se pueden juzgar incorrectas pero sin tener que ser reprobadas públicamente. Más cuando, en este caso, consta que la voluntad de los disfrazados no era hacer burla de los policías implicados en el caso 'Ciutat Morta', por mucho que haya podido entender así.

La precampaña, definitivamente, ha empezado en Mataró. Y lamentablemente, la altísima competencia electoral hace prever que los más de 90 días que quedan hasta el 24 de mayo no serán un intercambio de visiones de futuro de la ciudad y de presentación de propuestas sino un "pim-pam-pum" de los que hacen antología, como se ha podido certificar con las últimas 24 horas. La lógica de la demagogia y el populismo campa por todas partes.

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