Al contrataque

'Politocresía'

SANDRA BARNEDA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Yo no sé ustedes pero, con el maratón electoral que nos espera este 2015, comienzo a estar un poco desesperada por encontrar vacuna a tanta 'politocresía'. No me digan que no sienten cómo las entrañas se les revuelven cuando escuchan a nuestros políticos, con la sonrisa a media asta, respuestas con altas dosis de cinismo e hipocresía. Oriol Junqueras verbaliza el asco que le da la presunta corrupción del clan Pujol pero es Esquerra Republicana de Catalunya, precisamente su partido, el responsable de que, por cuarta vez, Artur Mas se libre de declarar ante en la comisión parlamentaria de investigación sobre el fraude y la evasión fiscal y las prácticas de corrupción política. ¿Qué me dicen de la respuesta del PP ante el escrito de acusación de la fiscalía del 'caso Gürtel' en el que hablan de una posible caja B en el partido y piden cárcel para tres de sus extesoreros? «Ha sufrido y sigue sufriendo» perjuicios por estos hechos, que se imputan a personas concretas -escriben en un comunicado como respuesta-, en el que añaden ser «absolutamente ajenos» a la causa.

No se engañen, la 'politocresía' es altamente contagiosa y empieza a dejarse ver con los últimos en llegar. Los que llamaron a los otros 'casta' hablan ahora de vetos en Andalucía  y utilizan como si nada los pasos de cangrejo para desdecirse de pronunciamientos pasados y alejarse de la ideologías. Ellos mismos se identifican con 'Juego de tronos', una de las series de estrategia más sanguinaria de todos los tiempos donde todo vale para la conquista del poder. Quizá sean los que menos disimulen, aunque continúen por los vericuetos de la no concreción e identificando a sus mayores competidores -PSOE- con 'Perdidos'.

En nombre del bien común

La cacería de votos ha comenzado y la 'politocresía' nos invade. ¿Acaso alguien se cree el buen rollo entre Susana Díaz y Pedro Sánchez? No se dejen engatusar, todos quieren que su papeleta sea de su color, todos hablan en nombre del bien común, todos esconden la mano después de lanzar la piedra. ¿Acaso no forma parte de esas reglas de juego que los políticos se resisten a cambiar? Nos piden confianza en nuevos amaneceres porque son devotos de Saturno devorando a su hijo, confiados en que el tiempo lo cura todo.

Sin ánimo para el desánimo, no encontrando antídoto a tanto desdén y 'politocresía', auguro como ya hizo Asimov que el futuro reino podría ser de los robots. Ellos han superado la barrera de lo no humano y ya son capaces de cultivar empatía y sentimientos propios. ¿Será que les han robado el alma a nuestros dirigentes? Siempre quise creer, incluso continúo en esa estela, pero la 'politocresía' me nubla la vista y ensordece los oídos a toda palabra, expresión o mirada de un político que esconde sin ningún rubor un único objetivo: el voto.