La importancia de lo esencial

Ni una semana de luto por los muertos. Apenas ha pasado ese tiempo desde los atentados terroristas de París y la reflexión sobre los límites de la libertad de expresión está sobre la mesa: ser o no 'Charlie Hebdo'. Algunos sostienen que el exceso de cinismo le ha pasado factura al semanario, vamos que son unos provocadores. ¿La sátira puede ser irreverente? Es una simple cuestión de gusto. ¿Tiene un dios derecho al honor? Nada habremos aprendido si seguimos confundiendo el respeto con el miedo, la crítica legítima a una religión con el racismo y la libertad de expresión solo en lo políticamente correcto.

Estamos frente a un problema de carácter mundial que requiere firmeza. Un problema de convivencia que se origina en la religión, entre el islam arcaico y el moderno, pero también en la política. La de allí (Siria, Egipto, Emiratos, Afganistán) y la de aquí (la sociedad occidental). Un modo de entender la vida en comunidad como en la edad media frente a un concepto de convivencia moderna, basado en la ciudadanía.

Entre algunas personas se asentó la idea de que libertades y derechos lo son por derecho natural, pese a que su conquista condicionó las vidas de varias generaciones. El mantenimiento de esos valores comunes es un reto vigente frente a los que guiados por el fanatismo son incapaces de respetar la pluralidad y convivir en la diversidad. Y esa unión, la de los demócratas, es precisamente la única consecuencia positiva derivada del atentado: ciudadanos de diferentes nacionalidades, ideologías, razas y creencias pero con la clara convicción de que sentirse ciudadanos libres debe ser el hilván para convivir en sociedades democráticas avanzadas.

P. D. Las reflexiones de importancia merecen atención, aun a riesgo de parecer reiterativa. De los esperpénticos mensajes SMS cruzados entre Mas y Junqueras, hablaremos otro día.