Mariposas en el estómago

Ya no queda nada. En unas cuantas horas me enfrentaré a mi segunda vuelta al mundo. Y aunque es cierto que en esta ocasión sé lo que me espera --no como en la anterior edición de la Barcelona World Race (BWR)--, no puedo evitar sentir mariposas en el estómago a medida que se acerca el momento. Estoy nerviosa, pero más segura que en mi primera vez. Recuerdo que la anterior fue todo un descubrimiento para mí.

Estos días me están preguntando mucho sobre mi condición de única mujer en la regata. La verdad es que me gustaría ver a otras mujeres en el pantalán, pero no le doy ninguna importancia. Creo que se reduce a una cuestión de probabilidades. En cualquier deporte siempre hay más hombres que mujeres, pero como en la vela transoceánica somos muchos menos, la diferencia se ve más. En cualquier caso, nuestro deporte no entiende de sexos, solo de experiencia y de millas navegadas. Las regatas son tan largas que poco importa si eres hombre o mujer, alto o bajo, más corpulento o más delgado.

Salvo el patrocinador, GAES Centros Auditivos, el resto del proyecto es todo nuevo: barco, equipo, compañero… Esta vez navegaré con Gerard Marín, y la verdad es que no podría tener mejor compañero. Llevamos un año y medio preparándonos. De hecho, si sumamos las millas que hemos hecho ya habríamos dado media vuelta al mundo. Somos el equipo que lleva más tiempo trabajando en este proyecto y eso tiene, sin dudas, muchísimas ventajas. Conocemos bien el barco, nos conocemos bien como navegantes… Hemos navegado tanto que ya pensamos igual. Creo que formamos un equipo muy equitativo. Procuramos que uno no mande más que el otro y nos entendemos muy bien a bordo. Gerard es más de acción, más impulsivo, y yo soy más reflexiva. Tenemos que ser capaces de mantener ese equilibrio para intentar hacer un buen resultado.

En la línea de salida hay barcos más rápidos que el nuestro y hay 'skippers' con mucha más experiencia, pero hay que navegar. En este tipo de regatas no acaban todos, así que la clave está en hacer una navegación muy inteligente en la que combinemos una táctica conservadora con un ritmo de regata alto. Lo que más miedo me da es, simplemente, romper. Me obsesionan los timones, el palo y la quilla, porque si hay una avería en cualquiera de estos tres elementos, tienes un problema grave.

Nuestro barco ya ha hecho dos vueltas al mundo (BWR 2011, 3ª posición; Vendée Globe 2013, 5ª posición) y ha demostrado ser rápido y fiable. En la New York to Barcelona Race de junio quedamos terceros y la verdad es que llevamos un buen ritmo de regata. Creo sinceramente que con las últimas mejoras en el palo y la quilla podemos hacer un buen papel. En unos tres meses tendremos la respuesta.

* Anna Corbella es copatrona del 'GAES Centros Auditivos'