interferencias
Aplauso y decepción
La renuncia de Jordi Savall al Premio Nacional de Música me ha provocado dos reacciones diferentes. La primera, de aplauso al músico internacional que considera que no puede aceptar un galardón proveniente de un Ministerio de Cultura que menosprecia la cultura que dice representar y que, metódicamente, niega el apoyo imprescindible a los músicos españoles. Llevo años dedicado a enseñar a amar la música a las nuevas generaciones desde el Cor Vivaldi y me enorgullece su defensa de quienes trabajan en el mundo del arte y la cultura.
La segunda es una reacción de decepción al ver que entre los motivos que el maestro Savall desglosa no aparece el menosprecio que el mismo Ministerio de Cultura otorga a Catalunya, a su lengua y a su gente. Una nueva oportunidad perdida de hacer constar en acta que no todo vale con nosotros por parte de una figura casi legendaria que, no lo olvidemos, acaba de recibir la Medalla d'Or de la Generalitat.
Director del Cor Vivaldi
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