Ideas

Vivir para ver

BEATRIZ DE MOURA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El gran escritor francés Henry Beyle, más conocido como Stendhal, publicó, creo que en 1839, La Cartuja de Parma cuyo protagonista, Fabricio del Dongo, fue en seguida motivo de polémica entre escritores, jóvenes revolucionarios, políticos napoleónicos, monárquicos nostálgicos y lectores adictos a una de las grandes novelas del siglo XIX. Hace tan solo dos años, en la más republicana de las repúblicas europeas, con fama de ser la más culta y librepensadora, el expresidente Sarkozy declaró que el tal Fabricio es «un petit con», o sea un gilipollas, lo cual soliviantó el ánimo peligrosamente patriótico y algo beodo de un país que ya se encaminaba hacia el serio apagón político-cultural al que, no sin tristeza, hemos asistido recientemente en el país vecino, por muy republicano que siga siendo.

Stendhal, cuando escribe esta novela y crea ese personaje insatisfecho y arrojado en una época de confusión y transición, lo describe tal como debían de ser los jóvenes revoltosos de su tiempo: vibrantes, imprevisibles y erráticos. Por eso, el joven gilipollas va y viene en plena batalla de Waterloo sin entender muy bien qué está ocurriendo en realidad. ¡Y esta es su grandeza literaria -y digo bien literaria!

En su momento, el único en entender ese «pequeño detalle» fue el gran Balzac. Gracias a él, tal vez entendamos hoy por qué Sarkozy -quizás el último presidente europeo en leer un libro- se haya atrevido, con razón, a formular una verdad arriesgada -como suelen ser las verdades literarias. Y es que la literatura ayuda siempre a vivir para ver con los ojos muy abiertos, a conocer los límites de las cosas y adonde conducen en los procesos históricos ciertos románticos arrebatos juveniles, por justificados que sean.

Yo de joven fui sin duda une petite conne, ¡y a mucha honra! Y tal vez haya dejado de serlo tras mi enésima lectura tardía de La Cartuja de Parma al reconocerme en la gilipollez de todos los Fabricio de este mundo.