'Dura lex sed lex'

ADRIÀ GALLARDO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todo país democrático y con estructuras solidificadas, toda sociedad, todo grupo, basa su estabilidad en la legalidad, en textos en los que se regula el margen de actuación que toda persona perteneciente a grupo social debe cumplir. Así como las libertades y los derechos de los ciudadanos son el pilar de un estado, también lo son las leyes y normas que mantienen de pie las estructuras de la democracia.

Mediante las leyes es como se consigue alcanzar una igualdad entre personas habitantes de un mismo lugar, de un mismo país. Es por ello que estas deben ser la guía de actuación para todos los ciudadanos y que sean en ellas en las que basen los límites de actuación en aquello que pueda repercutir a alguien ajeno. Pero no siempre son del todo justas y es cuando se plantea si se debe hacer un firme cumplimiento de la ley o por el contrario se debe realizar un cumplimiento dependiendo de cuáles sean nuestros intereses. Quizás este sea el problema del país, que pensamos que las leyes no son tan importantes como parece y que no repercuten más que a nosotros mismos.

La realidad va mucho más allá de la inconsciencia de creer que las leyes no son más que documentos no decididos por la mayoría de la sociedad que marcan los pasos para que las ambiciones económicas y sociales de unos pocos puedan ser sufragadas. La realidad está en que la legalidad es la estabilidad de la democracia de un estado y que si algunas leyes han sido realizadas o ejecutadas de manera injusta y partidaria, hemos de conseguir cambiarlas, porque el primer paso para cambiar un país es hacer más real la democracia, y para conseguirlo se ha de cambiar la legalidad.

Los ciudadanos debemos ser el motor de cambio y debemos ser los que presionemos para buscar mecanismos de cambios sociales y legales y sobre todo adecuar la ley a dos factores: a los nuevos tiempos de la sociedad y a las nuevas ambiciones que tienen los ciudadanos y sobre todo los jóvenes, las generaciones más novedosas.

Las nuevas generaciones debemos ser las que cambiemos la sociedad y las que impulsemos el máximo número de cambios en una sociedad estancada que debe avanzar hacia delante sin temores y el máximo cambio a parte de empezar dentro de uno mismo, sigue en el cambio de mentalidad de la sociedad.

La legalidad debe ser siempre cumplida porque sino todo se volvería insostenible, pero se han de encontrar mecanismos para intentar hacerlas compatibles a la mayoría del pueblo, ya que es a quien repercute de manera más próxima.

‘La ley es dura pero es la ley’. Hagamos de la dureza de las leyes mecanismos para una mejor calidad de vida de la democracia, porque adecuando las leyes, adecuamos el país y adecuando el país, nos hacemos notorios ante el mundo.