Marcha contra el paro

VERÓNICA FUMANAL

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Desde hace cuatro días, catalanes y catalanas están en marcha recorriendo 116 kilómetros a pie para concluir su recorrido en las puertas del Parlament de Catalunya. Sus reivindicaciones parecen bastante razonables en la situación actual. En Catalunya la reforma laboral ha destruido 118.000 puestos de trabajo, los EREs han aumentado un 28,5%, y la conflictividad laboral lo ha hecho en un 22%. Según los últimos datos del Banco de España, los sueldos han caído el doble de lo anunciado por el Gobierno. Los datos hablan por sí solos, y dibujan una realidad que choca con la esbozada por Rajoy en el debate del estado de la nación que se celebra estos días.

Cuáles son las reivindicaciones de la marcha contra el paro: un trabajo digno, la reducción de la jornada laboral como vía para estimular la contratación, defienden una renta garantizada de ciudadanía, evitar los desahucios y que se garanticen los servicios básicos gratuitos, además de medidas para paliar la pobreza energética. Todas estas medidas llevan siendo reivindicadas por distintos colectivos, pero ellos, los marchantes, han decidido caminar para defenderlas por parte de la orografía de la provincia barcelonesa.

La repercusión mediática de esta marcha ha sido escasa, por no decir, nula. La marcha contra el paro como medida de presión a la opinión pública solo surte efecto si existen imágenes de los trabajadores caminando por los arcenes de carreteras con sus chalecos reflectantes, sus pancartas 'amateur' y sus convicciones políticas a ritmo de proclama. Un buen ejemplo de ello, fue la marcha de julio del 2012 cuando trabajadores de Asturias, Aragón, Andalucía, Valencia y Cataluña concluyeron en Madrid, una acción que tuvo un amplio seguimiento en algunos medios de comunicación.

El criterio para cubrir o no una noticia depende, en gran medida, de la línea editorial del medio, y nada tiene que ver con el esfuerzo que se haga desde la organización por dar a conocer unas reivindicaciones, o de la originalidad o no de la misma. Por desgracia, la línea editorial de este país, parece haber dejado de tener presente a una parte de la sociedad cuyas reivindicaciones no se mueven en el eje soberanista, sino en el eje ideológico.

Aquí, mi pequeñísima aportación para dar a conocer la marcha contra el paro, que hoy llegará al Parlament de Catalunya. Ánimos.