Tatiana Sisquella

Tatiana Sisquella

Tatiana Sisquella / TVC

ADRIÀ GALLARDO

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Me pongo a escribir estas líneas y recuerdo la flamante y energética voz con la que la hemos podido escuchar durante muchos momentos en la radio catalana. La recuerdo, y mi mente cambia rápido hacia el catalán, un catalán correcto, alzado y siempre en el tono adecuado para transmitir la noticia que fuere. Hablo de la voz y el acento de Tatiana, la joven catalana que tantos momentos brillantes nos brindó tras los micrófonos de la radio, una joven que con tan solo 35 años ya era desde hace mucho un referente radiofónico de Catalunya.

La vida nos la ha arrebatado, se ha llevado su agilidad profesional, su energía, su dominio de situación en los estudios y sobretodo su carisma. La enfermedad contra la que llevaba luchando 7 años nos ha arrebatado a Tatiana. La muerte joven es un factor del que nadie obtiene respuestas, es una incertidumbre total, un vacío crónico y un recuerdo imborrable. La muerte joven es un cubo de lágrimas que buscan desfogue, es una negación absoluta de un futuro ilusionante, es un muro contra los planes, es un silencio frustrante y sobretodo es la certeza más absoluta de que es irremediable.

Tatiana era una mujer con coraje, una mujer que plantó cara a la enfermedad con una sonrisa, y que vivió hasta sus últimos meses con una sonrisa intachable. Una sonrisa que transmitía tranquilidad y harmonía, que indicaba a los suyos el consuelo de que vivía un día a día feliz y de que su juventud sería a flor de piel hasta su último día.

No era necesario conocerla personalmente para saberlo, Tatiana, como tantos otros profesionales que tantas y tantas veces se han expuesto ante la opinión pública, hace que haya momentos en la radio que hagan que la profesionalidad pase a segundo plano y que sea la humanidad y la persona la que actúe por si sola. Y eso hizo ver que Tatiana era una mujer con luz, una mujer que iba alumbrando siempre el camino por el que pasaba y que dejaba huella allá donde quiera que fuera.

Y eso ha hecho en la radio, en las emisoras que ha estado, en los programas que ha intervenido, y en los estudios que ha pisado. Allí donde ha ido Tatiana ha dejado su huella, su profesionalidad y su firmeza.

Ahora, en esos estudios no hay vacío, no hay silencio, porque Tatiana siempre dejaba huella, y siempre hablaba con firmeza. Y lo seguirá haciendo, porque fuiste, eres y serás un gran ejemplo radiofónico en Catalunya.

Con coraje, fuerza e ilusión muestra tu voz haya donde quiera que estés. 'Sempre et recordarem, valenta.'