Montoro en verso

Hace algo más de dos años que el Gobierno Rajoy comenzó su andadura legislativa, eso quiere decir que en menos de dos años volverá a haber elecciones generales: estamos en campaña.

Solo así se explica el nuevo giro del Gobierno de Mariano contra la ofensiva soberanista de Mas y Junqueras, solo así se explica, que Montoro, en lugar de dedicarse a perseguir el fraude fiscal -que según los últimos datos aparecidos se cifra en España en un alarmante 24,6% del PIB-, se permita unas declaraciones como las que hizo sobre las balanzas fiscales.

Declaraciones incendiarias. Solo así se pueden calificar las declaraciones de Montoro cuando se negaba a publicar las balanzas aludiendo que serían utilizadas para alimentar el "España nos roba". Seguramente el ministro tiene razón en que el aparato soberanista utiliza todos los argumentos posibles para ganar adeptos a la causa, sin embargo, era innecesario que nos alumbrara con su perspicacia.

¿Era este un mensaje para catalanes y catalanas? Seguramente no. Estas declaraciones eran enviadas a una parte de su electorado que ahora tiene más ofertas electorales en su ámbito ideológico. Analizado el objetivo y fijado allende de las fronteras del Ebro, podemos atender a las consecuencias que esta escalada de tono por parte de los gobiernos español y catalán generan para iniciar un debate sobre el modelo de financiación autonómica que se debería producir este año.

El entorno para el diálogo es inmejorable. Mientras desde la Generalitat se ha impuesto unilateralmente una pregunta, una fecha y planea la amenaza de una huelga general independentista y de la insumisión cuando una ley no nos gusta, desde Moncloa se incumplen pactos, se realizan desembarcos estériles con más aplausos que propuestas y se dejan escapar salidas de tono que ofenden a los independentistas y a los que no lo son, unánimes en la petición de #camachodemanaperdó.

Estamos en campaña, menos de dos años quedan para que se cumpla la legislatura, y hasta entonces: una negociación sobre el modelo de financiación autonómica, el 9 de noviembre del 2014, quizás unas elecciones catalanas anticipadas,… y, como dicen los versos de Sabina, mucho mucho ruido.