'Il consigliere'

Conocí a Josep Maria Castellet en la Barcelona de los 60, pero ya había leído La hora del lector y las dos antologías de poesía castellana y catalana, a las que siguió otra bien distinta y polémica: Nueve novísimos poetas españoles.  Siempre tuvimos una relación muy cordial: él pertenecía a aquel club indispensable de hermanos mayores junto con Barral, Ferrater, Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo. La Escuela de Barcelona de Carme Riera, que ganó el Premio Anagrama de Ensayo, retrató certeramente a ese grupo de poetas que tuvo en Castellet il consigliere, el infatigable impulsor. Luego, la aventura de Distribuciones de Enlace, en 1970, que fundamos con él, Barral, Esther Tusquets, Beatriz de Moura, Comín, nos acercó a todos y propició una contagiosa dinámica editorial, con notorias connotaciones antifranquistas. Castellet ha sido una figura indispensable en la vida cultural de nuestro país, por su labor al frente de Edicions 62, por sus propias publicaciones y por sus iniciativas guiadas por una gran curiosidad política y literaria.

Tuve la fortuna de publicar varios de sus libros en castellano, como Los escenarios de la memoria, una excepcional galería de retratos de escritores que Francesc Arroyo describió muy certeramente como «la gran novela escrita por un hombre que promete no escribir nunca ninguna». También Seductores, ilustrados y visionarios, dedicado a grandes amigos suyos como Sacristán, Barral, Ferrater, Fuster, Comín y Terenci Moix. En los últimos tiempos tuvimos dos encuentros para charlar de su último proyecto. Un libro sobre los jóvenes estudiantes que fundaron, en 1956, ex nihilo, la primera célula comunista de la Universidad de Barcelona: Luis Goytisolo, Joaquín Jordá, Octavi Pellisa, Salvador Giner y Nissa Torrent. Todos ellos fueron, después, muy amigos suyos y también míos. Y cruzábamos información al respecto, jubilosamente, en un par de almuerzos memorables.