El gran olvido

Una persona en paro debe tener un buen currículo si quiere volver a trabajar. Esta parece una buena premisa, pero la realidad cotidiana y los estudios económicos (como el de Resolution Foundation y el estudio 'A Polarising Crisis?') nos muestran que no basta con un buen currículo y una buena experiencia. El currículo debe ser excelente o de bajo nivel, no hay lugar para la mayoría, no hay lugar para el perfil medio.

La tan cacareada clase media (que no era más que clase trabajadora con salarios más altos) desaparece del mercado laboral. Un mercado en el que se encuentran salarios muy bajos y donde parece que los puestos de trabajo deben ser en hostelería o servicios, con poca cualificación requerida, salarios y horarios muy precarios, o bien en alta gestión y consultoría, aunque no se aseguran los buenos salarios.

Así, la formación media y la experiencia transversal tienen poca cabida. Se reclama mayor especialización o bien poca cualificación. Si a esto le sumamos la precarización del mercado laboral, la falta de oportunidades a las personas mayores de 50 años para acceder a ella, la falta de políticas de conciliación, la brecha salarial que sufrimos las mujeres y la gran formación de los y las jóvenes a quien se reclama una experiencia que no pueden tener por edad (por poner solo algunos ejemplos), nos encontramos ante un mercado que básicamente expulsa. Y ante unas políticas empresariales equivocadas y unas políticas de formación que necesitan revisión, actualización y mejora.

Renta Garantizada Ciudadana

Ante esto no nos podemos quedar observando y debemos reclamar una acción institucional y empresarial adecuada. Unas políticas de empleo no 'edadistas' y que busquen la dignidad del puesto de trabajo y, al mismo tiempo, dignidad en el día a día. Unos contratos y salarios adecuados. Los subsidios condicionados son mínimos, hay que revisarlos, dotarlos de cantidades suficientes. La Renta Garantizada Ciudadana está ahora en el Parlament en forma de iniciativa legislativa popular y logró más de 120.000 firmas de apoyo.

La polarización social ya es una realidad. La polarización en el mercado laboral, también. Y hay que actuar y decidir si queremos un país normal donde nuestra gente pueda trabajar en condiciones y se reconozca la formación y experiencia. ¿O queremos vivir en un país de élites? Queremos un país normal e inclusivo, ¡luchemos para construirlo!