Me gustaría ser independentista pero no puedo
"No creo que una Catalunya independiente resuelva todos esos problemas que me angustian y por eso no puedo esperar a la independencia para plantarles cara"
Siscu Baiges
Profesor asociado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, periodista y vicepresidente de la asociación Solidaridad y Comunicación (SICOM).
SISCU BAIGES
Envidio la ilusión con que los independentistas vibran con el objetivo que persiguen. Los ves como chicos con iPhone nuevo invirtiendo todas sus energías y esfuerzos en pro de esa independencia que tanto desean y que parece que colmará todas sus aspiraciones. Siento que mi vida es algo triste y vacía al plantearme la difícil resolución de problemas más tangibles.
Yo no quiero ver pobres durmiendo en los cajeros automáticos o escarbando dentro de los contenedores. No quiero que las personas dependientes se queden sin ayudas públicas y tengan que seguir conviviendo con unos familiares a los que complica su vida. No quiero que la gente tenga que aceptar cualquier trabajo, desagradable o mal pagado, porque no tiene otra opción si quiere pagar el alquiler, la luz o el material escolar. No quiero que los niños con parálisis cerebral se queden sin tutores porque la Administración pública dice que no tiene dinero suficiente. O que los que necesitan un implante coclear para oir se queden sin él por esa misma razón. Ni que haya niños que vayan con hambre al colegio porque sus padres no puede alimentarlos adecuadamente. Ni que decenas de miles de personas se queden sin techo porque no pueden pagar la hipoteca o el alquiler. Ni que los hospitales nieguen la atención gratuita a determinadas personas porque no tienen según qué documentación. Ni que para operarse haya listas de esperas eternas que se pueden saltar poniendo un puñado de euros sobre la mesa. Ni que las asociaciones que ayudaban a comunidades del Tercer Mundo tengan que cerrar sus locales o dejar sin atención a miles de personas que se beneficiaban de su labor. Ni que, ni que, ni que...
Mis interlocutores independentistas consideran que eso hay que arreglarlo pero que antes hay que conseguir la soberanía plena de Catalunya. O, incluso, que esos problemas existen porque Catalunya no es independiente.
Y yo creo que esos problemas existen porque Europa nos ha impuesto una política de austeridad miope o intencionadamente destructiva del Estado del bienestar que nos ha llevado a esta situación desastrosa.
Por eso, no creo que una Catalunya independiente resuelva todos esos problemas que me angustian y por eso no puedo esperar a la independencia para plantarles cara. Por eso, envidio a quienes creen lo contrario. Me gustaría dejarme llevar por esa ilusión. Pero no es ilusión, es espejismo. Es mentira.
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