Interferencias

Recuerdos de vida

MÓNICA RANDALL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Amparo me deja el recuerdo de una mujer positiva, alegre y divertida de quien tuve la suerte de ser amiga. Durante unos años compartimos lo que llamaríamos vida: risas, trabajo, amigos, viajes... Tengo un recuerdo entrañable de las largas sobremesas de charlas junto con nuestros compañeros de vida (luego ella se casó, yo no). Alfredo fue un hombre encantador, inteligente; era impresionante ver hasta qué punto dedicó parte de su vida a proteger y cuidar de Amparo. Ella amaba su profesión por encima de todo y él se ocupó de hacerla feliz y darle lo que quería.

Nunca olvidaré el rodaje de La escopeta nacional con nuestro queridísimo Luis García Berlanga, sin duda el trabajo más estimulante de toda mi carrera. Las pausas del rodaje estaban llenas de talento. Era magnífico llegar todas las mañanas a trabajar y preguntarme: «¿Quién dirá hoy la frase más brillante?». Tenían todos tanto ingenio... Sin duda, Amparo era de una de ellos. Siempre, hasta el final, tuvo un excelente sentido del humor.

Era una actriz de los pies a la cabeza. Rodamos El divorcio que viene, con ella, José Sacristán, José Luis López Vázquez y yo. Ella alababa la profesionalidad de Sacristán, que jamás robaba un plano. Amparo conocía todos los trucos del oficio pero nunca los usó porque respetaba esta profesión en la que nació y creció (sus padres eran famosos actores).

Recuerdo la última vez que estuve con ella en público. Fue junto a David Trueba en la Filmoteca de Catalunya, hará un par de años más o menos. Tuvimos una charla que divirtió mucho al público que nos escuchaba. ¡Se partían de risa! Tenía un sentido del humor punzante, de los que no perdonan. Su ingenio era tan estimulante que te animaba a intentar ponerse a su nivel, lo cual era muy difícil.

Descansa en paz, queridísima Amparo. Esta hermosa profesión

ha perdido a uno de sus hijos más queridos.