Pericoscopio

Y por si fuera poco, Coro

MANEL LUCAS

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El Espanyol es un equipo que no puede permitirse fragilidad defensiva. No está la plantilla como para garantizar tres o cuatro goles por partido, que puedan compensar los que el rival marcará por problemas atrás. Alguna vez puede ocurrir, como el día del Athletic, pero admitamos que no será lo habitual, tristemente. Las victorias que sorprendieron a todos en la arrancada de la Liga -qué lejos parecen hoy- se basaron en gran parte en la solidez demostrada por los defensas. Por lo tanto,  cuando estos mismos jugadores están tan desacertados como ayer ante el Elche, lo más probable es que no haya suficientes jugadas de ataque para corregir los errores.

Más aún si la línea delantera pierde los primeros 45 minutos, como hizo ayer, deambulando sin norte por los alrededores del área rival por problemas en el momento de crear jugadas. Porque la segunda debilidad del equipo es que ayer, especialmente en la primera parte, más de uno suspiró recordando a Verdú. Hay demasiados momentos en que se echa en falta a alguien que facilite las cosas a Sergio García. Que el delantero no está cómodo lo muestra un gesto de cabreo que captaron las cámaras en una jugada en el área del Elche, una reacción a una posible falta que revelaba también una cierta desesperación por la impotencia. Como la tonta expulsión de Víctor Sánchez, que no estará contra el Atlético.

Y después de suspirar por Verdú, hubo que hacerlo también por Corominas. Es especialmente punzante que el gran héroe del partido haya sido el de Banyoles. Yo creo que la mayoría de periquitos le desean lo mejor a un futbolista entrañable que no solo nos salvó con su gol mítico, sino que siempre demostró fidelidad al club y ganas de darlo todo. Pero no nos hacía falta verlo triunfar apabullando al Espanyol. Ayer hubo al menos dos ocasiones para recordar los tiempos en que los técnicos de entonces consideraron que había que prescindir de él. Por si alguien lo olvidaba, otro ex que salió por la puerta de atrás, Javi Chica, lo dejó muy claro en Twitter: «¿Cuánto tiempo estuvo Coro apartado en el #rcde? Pues eso, unos que entendían mucho de fútbol. Tanto entendían que no querían ni que entrenara».

Aguirre tiene 15 días para analizar este socavón repentino. Como no he formado parte nunca de una plantilla profesional -ni aficionada- no sé si un descanso tras el bache viene bien o alarga la depresión. En cambio, el que seguro que va a tener una semana menos plácida será el presidente Joan Collet, al que la derrota en Elx complicará la junta de accionistas del jueves, con el opositor Oliveró más motivado que Coro, aunque en el terreno accionarial no haya goles posibles.