Las casas de la felicidad

El filósofo suizo Alain de Botton ha creado «una empresa social para revolucionar tanto la arquitectura como los alquileres vacacionales». Se trata de Living Architecture, que ha encargado el diseño de viviendas a destacados arquitectos como Peter Zumthor, David Kohn o MVRDV y que las ofrece al público general desde el módico precio de 25 euros por persona y noche.

El objetivo es divulgar la arquitectura moderna y posibilitar la experiencia de vivir en un entorno al que muy pocos tienen acceso. Un espacio moderno lleno de energía positiva, diferente de la casa estandarizada donde habita la mayoría. Se trata de promover entornos singulares que ayuden a mejorar la calidad de vida doméstica. La iniciativa partió después de que el mediático pensador, afincado en Londres, escribiese el libro La arquitectura de la felicidad (Lumen), donde descubría cuan relevante es el entorno físico para nuestro bienestar. O, por el contrario, cómo contribuye a nuestra desgracia y pesadumbre. El urbanismo, la arquitectura y el interiorismo no son neutrales, no son contenedores asépticos sino agentes cruciales de nuestro estado de ánimo.

No se puede medir empíricamente, pero es evidente que la ubicación, distribución y decoración de la casa contribuyen a nuestra realización personal. Y no es solo cuestión económica, un mismo presupuesto puede orientarse en forma positiva o negativa. Pero los entornos son también las circunstancias. Alessandro Mendini diseñó para Alberto Alessi una impresionante mansión cerca del lago Orta, en el Piamonte italiano. Primero mandó psicoanalizar al propietario para conocer sus filias y fobias. Titularon la vivienda La casa della felicità, esperando que ayudase a sus moradores a encontrarla. Pero nada más finalizarla e instalarse, secuestraron a su hija Alessandra. El nido perfecto se convirtió en un lugar insoportable.