Las rebajas de Josep Rull

"Rull va directo al grano.Rull juega como si Unió no existiera y desprecia las sugerencias de Duran"

Entrevista con Josep Rull, secretario de organización de CDC

Entrevista con Josep Rull, secretario de organización de CDC / periodico

Joan Ferran

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El secretario de organización de CDC y eterno candidato a la alcaldía de Terrassa, Josep Rull, ha cifrado en el 50% la participación necesaria para dar credibilidad y validez a la que, en su día, tendría que ser la consulta sobre el futuro de Catalunya. Rull sostiene que este porcentaje, a pesar de ser escaso, sería suficiente para conseguir la atención y el reconocimiento internacional.

Pues bien, observando sus afirmaciones todo parece indicar que Josep Rull se ha apuntado a las rebajas de verano. Apenas hace dos o tres meses la cara amable del régimen convergente y hoy presidenta en funciones, Joana Ortega (Unió), manifestó que para ser lo suficientemente legítima e indiscutible, la participación a esta consulta tendría que aproximarse a la obtenida en las últimas elecciones autonómicas del 2012, es decir, alrededor de un 68%. ¿En que quedamos?

En honor a la verdad hay que decir que Josep Rull , forjado en las juventudes de CDC, es un muchacho voluntarioso y con una trayectoria parlamentaria más que aceptable, pero últimamente le toca jugar en su partido un papel que no es muy lucido.

Lo hemos visto hacer de malo contradiciendo a Duran Lleida, azotando a adversarios y, este año, bajando el listón participativo un 18% por debajo del que marcó la vicepresidenta. Y todo esto al tiempo que reescribe el cuento de la lechera por lo que se refiere al proceso consultivo.

Y es que Rull, amigos míos, va directo al grano. No se para a pensar en las trabas ni de aquí ni de allá. Rull juega como si Unió no existiera y desprecia las sugerencias de Duran. Rull especula creyendo en la bondad intrínseca y desinteresada de ERC. Rull ignora que sus antiguos socios gobiernan hoy en la Moncloa y no están para bromas y, en medio de este panorama, se atreve a decir que el Tribunal Constitucional no podrá tumbar la nueva ley de consultas catalana a pesar de que, en su fuero interno, sabe que esto es posible.

Y de remate, en un triple salto mortal, el secretario de organización de CDC, incluso se aventura a decirnos cómo tiene que ser de clara y diáfana la pregunta. Rull... El voluntarismo pueril de Josep no tendría mayor importancia si no fuera porque habla como secretario de organización del partido que dice gobernar Catalunya. ¡Cuidado! Digo gobernar porque, ya me perdonarán, lo que hace el Govern de Artur Mas no es gobernar si no agitar Catalunya. Y la agita tanto que muchos sospechamos que corre el peligro de acabar devorado, absorbido, por el mismo remolino que él mismo ha ayudado a crear.

Todo esto sucede mientras la tele gubernamental un día sí y el otro también nos describe cuán magnífica será la cadena humana del 11-S. Escuchando a Rull, Boi Ruiz, Felip Puig o Rigau se puede llegar a pensar que Catalunya es Shangri-La. Aquí no hay paro, ni crisis ni problemas sociales. El Gobierno de Mas todo lo hace bien y lo que no funciona es culpa de Madrid. Y es en este mundo feliz donde el buenazo de Rull puede jugar a las rebajas (a pesar de Joana Ortega) y a la política ficción, porque estos que hoy nos gobiernan no detectan otros problemas en los que pensar.

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