Niveles de nacionalismo

La dirección del PP de Catalunya ha reiterado su propuesta de unsistema de financiación diferenciado para su comunidad y así se lo ha manifestado al ministro de Hacienda. Esa insistencia de los populares catalanes en solicitar un tratamiento distinto en el ámbito presupuestario al de las restantesautonomías de régimen común colisiona con la vigente LOFCA, pero, sobre todo, denota un fenómeno patológico que define a la política en aquel territorio: la absoluta hegemonía ideológica delnacionalismo.

En efecto, lo que caracteriza al arco parlamentario catalán es la inexistencia de una alternativa alindependentismo, presentando, en cambio, nacionalismos de distinto grado, desde el separatismo virulento de Esquerra al "autonomismo diferencial" del PP, pasando por el soberanismo anticonstitucional de CiU, la reclamación deautodeterminación de ICV o la confusa combinación de derecho a decidir confederalismo asimétrico del PSC.

En cualquier caso, todos asumen la tesis central nacionalista, a saber, la identidad es un valor esencial que debe ser reconocido mediante el disfrute de privilegios. El proceso gradual, constante e implacable por el cual en Catalunya el paradigma identitario ha llegado a ser dominante, demuestra que las doctrinas totalitarias no se imponen a la larga solamente por su agresividad y pertinacia, sino por la debilidad conceptual y el acomplejamiento social de las demás opciones.

En este panorama desolador, solamente brilla en la cámara del Parque de la Ciudadela una excepción,Ciudadanos, que, lejos de entrar en el consenso tembloroso con el pensamiento único nacionalista, plantea un enfoque intelectual, moral y político radicalmente enfrentado al tribalismo reinante a partir de premisas ilustradas, liberales y racionales. Por eso, me atrevo a predecir que lasencuestas que le asignan un notable crecimiento en el inmediato futuro se van a quedar cortas y que muy probablemente este proyecto, heredero en este ámbito del PP de los años 1990-1995, será la tercera fuerza en el Principado en las próximas elecciones autonómicas.

Y es que, al final, el camino más seguro para combatir las tiranías es el de la coherencia, el coraje y la claridad, mientras que los pasteleos pusilánimes o los mimetismos oportunistas únicamente consiguen el desprecio de los enemigos y el vaciamiento de las propias filas.

Blog de Alejo Vidal-Quadras