Google Glass decepciona a la industria del porno
Laura Marín
Quiso recorrer el mundo con la fotografía, pero descubrió que se le daba mejor la periodismo escrito y empezó en medios locales. Se le despertó la curiosidad por la comunicación corporativa. Ahora busca nuevas maneras de comunicar.
Las gafas de Google han despertado polémica desde el primer momento, pero cuanto más avanza el proyecto, más se radicalizan en sus posiciones los partidarios y detractores. Y en este proceso sólo faltaba que la industria del porno anuncie que ya ha visto el filón que le puede suponer este nuevo invento. Sí, el sector espera ansioso la salida al mercado de las gafas de realidad aumentada y comienza a desarrollar aplicaciones para permitir a los portadores de las gafas ver películas porno a través de su pantalla.
Y el primero en dar el paso ha sido Mikandi, uno de los principales desarrolladores de contenido para adultos para Android. Con su Tits & Glass, que se basa en la grabación de vídeo POV (punto de vista subjetivo) y el visionado de vídeos e imágenes con contenido explícito, y trabaja en un sistema de interacción entre dos adultos, se ha convertido en la primera app porno para Google Glass. ¿O debería decir "se basaba" y "trabajaba"?
Matizo el tiempo verbal porque quizá Mikandi deberá replantearse su apuesta, ya que Google Glass se ha dado prisa en cambiar sus términos de uso y ahora asegura que "no permitimos Glassware (software para sus gafas) que contenga desnudos, sexo explícito o material sexual explícito. Si detectamos pornografía infantil, avisaremos a las autoridades pertinentes y procederemos a borrar las cuentas de Google relacionados". Entendiendo que Google ha cambiado las reglas de juego antes de empezar, la protesta de los responsables de Mikandi tampoco se ha hecho esperar: "Cuando recibimos las gafas nos pusimos a desarrollar según los términos indicados".
Es fácil, en este punto, replantear dos viejos debates. El primero, la preocupación por la violación de la privacidad que parece puede acentuarse con un gadget como este. El uso más común que se le está dando a las Google Glass es la grabación de vídeos y la toma de fotos, lo que a muchos les preocupa porque tienen miedo de que se hagan registros sin permisos de la actividad de terceros. Y aunque Google ha prohibido toda aplicación de reconocimiento de caras, los usuarios saben que es fácil saltarse esta normativa.
El segundo, ¿puede el fabricante condicionar el uso que hago de mi aparato? La respuesta no es sencilla, menos en este contexto, donde el debate podría mezclarse con si es apropiado o no consumir contenido pornográfico y poder hacerlo en lugares públicos con menores alrededor. Parece que no le pondrán fácil a Google y que tendrá que poner a trabajar mucho a sus asesores legales en cada paso que dé en su proyecto Glass.
Post publicado en el portal de opinión 50x7.com
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