EL FUTURO DE CATALUNYA

El mapa electoral de un momento excepcional

Los diputados Joan Laporta y Albert Rivera (Ciutadans), en un reciente pleno del Parlament.

Los diputados Joan Laporta y Albert Rivera (Ciutadans), en un reciente pleno del Parlament. / periodico

Joan Carreras

Joan Carreras

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Una de las virtudes del mapa político catalán es sumultipartidismo. En esonos parecemos, por ejemplo, a los Países Bajos. Países BajosConvendría no perder esta característica enriquecedora. Ahora bien, como estamos ante un momento excepcional, también tiene sentido que se produzca un efecto parecido al de las democracias de dos vueltas, como lafrancesa, cuando los que no tienen opciones claras recomiendan el voto para aquellos que van a las primeras posiciones.

Hago un paréntesis para enmendar el 'president'Massobre el carácter excepcional. No es del todo cierto que el país pueda decidir por primera vez en 300 años. Es mucho más: es la primera vez en toda la historia de Catalunya que existe la posibilidad real de hacer una consulta democrática para decidir si convertimos o no un nuevo Estado de Europa.

No había pasado nunca antes. Y, si no sale bien, pasarán décadas antes de que se pueda volver a intentar. No es un momento excepcional en tres siglos. Es el momento más excepcional que el país ha vivido nunca. Si esto no lo hace un poco peculiar es que ya no sabemos valorar lahistoria.

Vote a otro

Desde esta perspectiva,la decisión de Reagrupament de renunciar a presentar una lista propia Reagrupament y pedir el voto paraCiU es razonable y más bien parece un gesto maduro.

Joan Laporta hizo lo mismoJoan Laportaal cabo de poco. En su caso, prefirió recomendar el voto para dos formaciones:CiUoERC.

Es imposible saber ahora mismo si sus electores les harán caso. Sin embargo, parece claro que ambas decisiones otorgan aún más excepcionalidad al momento electoral vez que tienen un aire sincero que las hace inteligentes. Pero aún quedan máspartidos que podrían adoptar una actitud similar.

SI o no

En primer lugar haySI.Su caso es muy interesante, porque los dos principales dirigentes que la encabezan provienen, justamente, de CiU y ERC. Habrá que ver si tienen la generosidad y la valentía de abandonar las tentacionespersonalistas. Me parece que no será fácil, pero no hay muchos argumentos para negarse a imitar el gesto deReagrupament yLaporta. Los matices que separan su formación de aquellas para las que podrían pedir el voto son tan delgados que son casi invisibles. Sobre todo, después del giro de CiU de este otoño. Leyendolas últimas aseveraciones de Artur Mas Artur Mas es muy difícil descifrar qué más o qué menos puede distinguir SI de las dos principales formacionessoberanistas parlamentarias fuera de un acento aquí una mayúscula allí.

Laberinto Maragall

También habrá que ver qué pasa en la aún no creadaNova Esquerra Catalana,que impulsanErnest Maragall Ernest Maragally un grupo de una dimensión que de momento cuesta dilucidar. En realidad, su sensación de que hay un espacio para ocupar es muy brumosa. Pero eso ya se verá después de las elecciones, de momento han dicho que no se presentan y, al menos, es un primer gesto muy honesto.

La verdad es que este grupo se encuentra en una situación muy compleja, casi en un callejón sin salida. No pueden pedir el voto para elPSC porque sería una grancontradicción con su decisión de salir y no tendrían después ningún tipo de credibilidad. No se pueden quedar en silencio, porque se pondrían fuera de juego. Y no pueden recomendar el voto a otra candidatura de manera formal y colectiva porque entonces todo el mundo se preguntaría si en vez de crear un partido nuevo no les valdría más entrar como grupo a otro partido que ya esté constituido.

De modo que la única opción que se me ocurre es que digan qué votarán pero de manera individual y no como posible núcleo de un partido aún inexistente (digo inexistente porque una cosa es tener una marca registrada y otra es producir, distribuir y vender).

Quizá hay muchos que preferirán votarICV,siguiendo una tendencia de bastantesseguidores del 'president'Maragallque, a partir del 2005, decidieron que no votaríanPSC. Pero quizá hay unos cuantos que se encontrarían más cómodos votandoERC oCiU. Será necesario que al menos los más destacados de entre los impulsores de este nuevo partido digan en voz alta qué harán el 25 de noviembre. No tienen alternativa. Y aun así pasarán 40 días en unlaberintoenigmático.

Las fronteras

Al margen de estas aclaraciones pendientes, hay más novedades en los extremos del mapa. La decisión de lasCUP de acudir a la cita electoral podría pellizcar un poco la musculatura deERC pero tengo la sensación de que, sobre todo, se alimentarán deabstencionistas. Desde un punto de vista 'clásico', las CUP son laextrema izquierda. Sus expectativas electorales, por tanto, son las mismas que las de esta etiqueta en cualquier democracia occidental, algo mejoradas por la crisis, por la novedad y por un tejido que me dicen que está bien trabado en algunas ciudades medianas.

En el otro extremo, habrá que ver si UPDllega a presentar listas, pero lo tiene muy complicado para abrir una cuña dondeC 'sya hace tiempo que ha tomado posiciones bastante nítidas, tanto por el lado de la defensa del españolismo enCatalunya como por el lado de las propuestas de supuesta regeneración de la política.

Dos opciones

Así pues, ya la espera de que los pocos grupos que pueden hacerlo decidan si han entendido hasta qué punto el momento es excepcional, los electores se encontrarán el día 25 ante una selección bastante clara.

Los que estén a favor de que los ciudadanos de Catalunya puedan decidir, en una consulta democrática, si se quiere o no convertirse en un nuevo Estado de Europa pueden elegir entreCiU, ERC eICV oSI (en caso de que insistan en presentarse), en función de sus preferencias, porque todos se han mostrado favorables. Los que además de estar de acuerdo se sitúen en la extrema izquierda tienen la opción de lasCUP.

Los que crean que los ciudadanos de Catalunya no deben decidir nada de esto en ninguna consulta, pueden elegir entre elPP yC 's, que ya han declarado con contundencia que están en contra.

Estos dos partidos habrían podido optar por defender la consulta y dejar claro que, si un día se hace, pedirán un voto contra el proyecto del Estado propio. Habría sido un giro táctico muy hábil. Pero han preferido levantar la bandera contra la consulta y eso, hay que agradecer, aclara mucho las opciones de voto para el 25-N.

¿Crees que la gente debe decidir en una consulta democrática? CiU, ERC, ICV o, también, las CUP y quizá SI. ¿Crees que la gente no tiene que decidir? PP o C 's. Fijémonos que en un lado hay más concentración de voto que en el otro y destacamos que eso no se ajusta del todo a la excepcionalidad ni al modelo francés desegunda vuelta.

El espejismo

Queda pendiente que todo el mundo entienda que la segunda vuelta será la primera, pero por lo demás el mapa electoral parece muy claro. De todos modos, antes de que cada uno escoja su ruta hay que anotar la presencia de un espejismo cartográfico.

Se llama'tercera vía' y la elección del nombre ya denota un deseo erróneo. En momentos excepcionales, concretamente en el momento electoral más excepcional de toda la historia de Catalunya, la idea de una tercera vía parece una auténticaquimera.

Por eso, sin ánimos de ofender a nadie y más bien con ironía, me atrevo a decir que los electores que crean en los Reyes Magos (es decir, los que crean que un día elPSOE defenderá unaEspaña federal en serio y hará de Barcelona lacocapital española, por ejemplo) podrán tomar la papeleta del PSC.

No nos olvidamos. Están. Mi 'porra' intuitiva dice que obtendrán entre 14 y 16 escaños. Los expertos en demoscopia me advertirán de que me equivoco y tendrán razón. En el PSC tienen tantos días para perseverar en el error que tal vez no llegan ni a la banda baja de esta horquilla.

En este caso, quizá sí que habría espacio para la Nova Esquerra Catalana. que apenas ha metido en el laberinto. Pero este interrogante ya se resolverá el día de lasvotaciones.

De momento, las elecciones se hacen para decidir si queremos decidir.

O crees que hacer una consulta es democrático y conveniente o estás rotundamente en contra. No hay terceras vías y a los Reyes Magos no se les espera hasta enero del año que viene.

@janquim