La rueda

Los Pérez adoptan una yaya

GABRIEL
PERNAU

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La historia es digna de una tragicomedia italiana. Arranca en la Línea de la Concepción. LosPérez (nombre ficticio) viven en L'Hospitalet de Llobregat y en el invierno de 1998, como cada año, los padres y su única hija se fueron a pasar allí las fiestas de Navidad. La madre tenía una amiga hospitalizada, y así fue como conoció aCarmen(otro nombre supuesto). La mujer sufría diabetes y los médicos no le daban ninguna esperanza de vida. Había que trasladarla con urgencia a Cádiz para que le amputaran una pierna y, comoCarmen no tenía ningún familiar o amigo que respondiera por ella, la señoraPérezse hizo cargo de la situación. Mientras su marido y la hija volvían a Barcelona, acompañaría a la abuela. Estaría a su lado durante semanas, mentalizada de que estaba cuidando a una moribunda. Pero pasaron dos meses y, lejos de morirse,Carmenrecibió el alta.

A la señoraPérezse le cayó el alma a los pies cuando vio el miserable piso donde vivíaCarmen. Y todavía convencida de que estaba ayudando a una persona que afrontaba sus últimos días, decidió que se la llevaría a L'Hospitalet para que tuviera un final digno.

El 15 de mayo de 1998, a las dos de la madrugada,Carmensaludaba con timidez a los otros dos miembros de la familiaPérezque la esperaban en casa. LosPérez convirtieron la sala de estar, que acababan de reformar, en el dormitorio de la abuela, le pusieron una cama de hospital y un televisor. No querían que mientras estuviera allí le faltara de nada. Al fin y al cabo, tenía que morir en seguida. Pero esteen seguida hace 14 años que dura. Evidentemente, losPérezno quieren que la abuela se muera.Carmense ha ganado el respeto de familiares, vecinos y amigos, que al principio preguntaban si ya había muerto y ahora se muestran sorprendidos por la afabilidad y conocimientos que la venerable dama tiene sobre todo tipo de deportes. La abuela se ha convertido en una más de la familia. Sin pretenderlo, losPérezhan adoptado a una abuela.