LOS SÁBADOS, CIENCIA
Un Premio Nobel para Catalunya
Cada vez más científicos catalanes empiezan a sonar como posibles distinguidos con el galardón
Manel Esteller
Médico. Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras
MANEL ESTELLER
El rearme moral de un país necesita héroes y grandes gestas. Catalunya es un país pequeño sin grandes recursos naturales excepto nuestro querido mar Mediterráneo y los hermosos Pirineos, pero con un potencial humano enorme enriquecido por mil colores. Sin la capacidad política y económica de los estados, debemos poner la imaginación y el trabajo para conseguir la excelencia, para que en un tiempo de sombríos horizontes podamos seguir sintiéndonos orgullosos de nuestra tierra.
Catalunya presume justamente del mejor equipo de fútbol del mundo y del mejor cocinero. Pero con eso no basta. Deporte y gastronomía no pueden construir la espina dorsal de un país. Necesitamos más. Para mirar a los ojos de los vecinos cercanos o lejanos a los que queremos imitar, tenemos que conseguir una meta más. Algo que vuelva a dar ilusión como lo hicieron los Juegos Olímpicos de Barcelona, que cambiaron la capital del Principat. Estos héroes, esta hazaña, podría ser que un catalán o una persona extranjera que trabaja en Catalunya (catalán según la acertada definición del Molt Honorableexpresidentde la GeneralitatJordi Pujol) ganase un premio Nobel. Esta distinción supondría un sello de calidad en investigación y una señal a la comunidad internacional de que aquí se continuará invirtiendo en investigación.
La creación de los premios Nobel fue una consecuencia del testamento deAlfred Nobel,un talentoso y prolífico científico e inventor sueco. Creía que su hallazgo de la dinamita iba a ayudar al mundo, lo que demuestra que es más fácil entender un mecanismo físico, químico o biológico que el comportamiento del ser humano. Un camino similar recorrieron los descubrimientos de la radiación y el material nuclear del matrimonioCurieyAlbert Einstein. Pero ambos descubrimientos también han encontrado utilidades pacíficas. Los premios Nobel científicos -no hablaré de los de Literatura o de la Paz, a los que también hay catalanes merecedores- han reconocido grandes hallazgos como la estructura en doble cadena del ADN, los oncogenes, la estructura de los virus, la función del genoma que no origina proteínas o las teorías de la expansión del universo y su energía oscura, campos estos últimos donde colaboró la profesora de la Universitat de BarcelonaPilar Ruiz Lapuente.
Como en los Oscar de Hollywood, hay gente que se merecía el Nobel y nunca lo tuvo, mientras que otros lo recibieron de rebote. Como decía uno: «Le puedo perdonar aAlfred Nobelque inventase la dinamita, pero no que inventase los premios Nobel». Hay candidatos que se trasladan a Estocolmo para estancias largas y ver siconvencenun poco a alguien de la Academia. Una ínfima parte de lo que ocurre en un premio literario. Porque, por encima de todo, la inmensa mayoría de los premiados son buenos científicos que han hecho descubrimientos interesantes y han sido las semillas para que surgieran nuevas generaciones de investigadores. Los dibujos del profesorSantiago Ramón y Cajalsobre las estructuras de las neuronas todavía se usan hoy en día y el profesorSevero Ochoacreó una escuela de investigadores que ha llegado hasta nosotros.
Mi experiencia personal con los premios Nobel que he conocido ha sido satisfactoria. Son gente especial, pero el reconocimiento prestigioso les ha dado una paz interior y una visión global de los problemas que antes quizá no tenían. En ciertas fechas de cada año, como sucede con sus homólogos cinematográficos, empiezan a correr entre bambalinas listas de posibles galardonados. Compañeros y colegas me han concedido el honor inmerecido de incluirme en alguna de ellas. Pero la noticia es que cada vez más investigadores catalanes que trabajan fuera de nuestras fronteras, pero tienen fuertes conexiones con Catalunya, así como extranjeros de los centros de investigación de nuestro país, empiezan a sonar entre los nominados.
Quizá los más destacados entre los primeros seríanIgnacio Cirac(Instituto Max Planck de Óptica Cuántica de Alemania / Instituto de Ciencias Fotónicas, ICFO) yJoan Massagué(Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York / Institut de Recerca Biomèdica, IRB); y entre los segundos,George Thomas (Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge, Idibell) yVivek Malhotra(Centre de Regulació Genòmica, CRG). El primero en Física, los otros en Medicina o Fisiología. Deseo de todo corazón que ellos u otros investigadores emocionalmente vinculados a Catalunya lo ganen. Me gustaría formar parte de un país que levantándose temprano, pero muy temprano, va al quiosco y compra un diario donde la portada a doble cara recoge un Premio Nobel para Catalunya. Felices fiestas. Médico. Institut d'Investigació
Biomèdica de Bellvitge.
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