Ante la jornada contra la violencia machista

Todos somos corresponsables

Hemos de tomar medidas que no victimicen a las mujeres, sino que permitan actuar contra los agresores

Todos somos corresponsables_MEDIA_3

Todos somos corresponsables_MEDIA_3

JOANA ORTEGA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hoy recordamos una de las lacras que aún, tras más de 30 años de democracia, lastran nuestra sociedad. La violencia contra las mujeres. Desde principios de este año se han registrado más de 16.000 denuncias y hay 25.000 expedientes abiertos, pero, más allá de denuncias y expedientes, debemos recordar que detrás de cada cifra hay un rostro, hay una historia.

La lucha contra esta lacra social viene de lejos. El año 2001, el Institut Català de la Dona creó la línea telefónica de atención a las mujeres en situación de violencia y, pasados 10 años, a esta línea llegan una media de 875 llamadas al mes.

Llamadas que reflejan la violencia, pero debemos destacar que casi el 90% manifiestan haber sufrido violencia psicológica. El 92% se ha producido en el ámbito de la pareja y entre mujeres de entre 30 y 50 años de todos los estratos sociales, aunque el numero de llamadas en mujeres de entre 19 y 29 años llega al 15%, lo que nos debe poner en alerta e indicar que esta violencia continúa haciendo saltos generacionales.

Desde la Generalitat de Catalunya tenemos el reto de afrontar de forma responsable y valiente el desarrollo de políticas públicas concretas y factibles que nos permitan seguir avanzando en la prevención, la detección, la atención y la recuperación de las mujeres en situaciones de violencia. Una violencia que se da en el entorno que debería ser el más seguro: la familia. En ella este comportamiento se sufre más y, desgraciadamente, con mayor silencio, sobre todo por hijos e hijas que viven coaccionados por el miedo.

En Catalunya, a pesar de los medios que se destinan desde la Administración, debemos lamentar este año ocho muertes de mujeres causadas por este tipo de violencia, de las que poco más de un tercio habían presentado una denuncia.

Esto nos debe poner en alerta, puesto que la violencia física está precedida por la psicológica, que lleva a las mujeres a sentirse anuladas como personas y a evitar la denuncia. Es necesario reorientar los esfuerzos que realizamos desde las instituciones, pero también debemos actuar como sociedad.

Todos somos corresponsables. No podemos ser ajenos a la vulneración de los derechos humanos que supone la violencia de género. No podemos permitir quetolerancia cerosea solo un eslogan. Debemos actuar, ser conscientes de que muchas veces en nuestro entorno se dan situaciones en las que debemos intervenir.

El valor de la igualdad y del respeto no podemos entenderlo como un patrimonio propio de las sociedades democráticas occidentales, sino que es un derecho universal y fundamental. Como sociedad, debemos responder a este tipo de violencia por lo que es: un atentado contra los derechos humanos.

Quisiera, en este sentido, remarcar la sentencia condenatoria de la Audiencia de Teruel contra unos padres por cometer un delito de lesiones con mutilación genital contra su hija. Una práctica que va contra la dignidad de la mujer y contra sus derechos como persona. La ley orgánica del poder judicial alega que el hecho de que estas mutilaciones sean una práctica tradicional en algunos países, no puede justificar una vulneración de los derechos humanos como es esta.

El cuerpo de los Mossos d'Esquadra cuenta con grupos de atención a la víctima, que acaban de estrenar el nuevo plan contra la violencia doméstica, y con tecnología innovadora capaz de hacer posible el seguimiento y la atención personalizada de las víctimas. También desde los Mossos, en este caso desde la policía de proximidad y en contacto con los centros escolares, se presta especial atención a la situación de niñas con riesgo de sufrir la ablación del clítoris. En los últimos años se han evitado decenas de casos.

Desde Catalunya tenemos que tomar medidas que no victimicen más a las mujeres, sino que permitan actuar con contundencia contra la persona agresora, que debe ser quien sufra todas las consecuencias de sus actos delictivos. Crear redes de prevención de la violencia doméstica y, en este sentido, hace falta pedagogía. La educación, la formación y la divulgación de valores democráticos son una necesidad constante.

Por ello, debemos intensificar los esfuerzos en el ámbito educativo, con una educación basada en los valores, una educación basada en el respeto mutuo, que debe continuar en todas las etapas formativas y que también debemos trasladar y promover en el seno de la familia. Para conseguirlo son necesarias medidas preventivas de sensibilización social que lleguen a todo el mundo y permitan revisar de forma crítica los estereotipos patriarcales que aún hoy siguen presentes en nuestra sociedad.

Finalmente, quisiera transmitir un mensaje de esperanza. Nuestra sociedad está avanzando y haciendo mucho trabajo en este camino, pero aún nos queda mucho campo por recorrer.

Y recordémoslo: todos somos corresponsables.

Vicepresidenta del Govern.