La reducción del gasto público

Sanidad, el recorte que es un despilfarro

El Govern no prepara un adelgazamiento, sino una degradación que equivale a un cambio de modelo

Sanidad, el recorte que es un despilfarro_MEDIA_2

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ANTONIO Franco

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La opinión pública catalana recibe anonadada la ola de informaciones que, procedente de los hospitales públicos, anuncia el alcance del recorte presupuestario de la sanidad tal como lo plantea el Govern de Convergència i Unió. La decepción posiblemente empieza a cocer a fuego lento una reacción colectiva. ¿Qué habrían dicho hace unos meses quienes ahora gobiernan si el tripartito hubiese planteado algo así? ¿Cómo reaccionaba en la práctica CiU desde la oposición, así como sus soportes mediáticos, cuandoMontillay su equipo pedían realismo en los momentos en que aplicaban recortes de un calado y repercusiones inferiores a este?

Se debe subrayar que los ciudadanos catalanes, mayoritariamente realistas, estaban predispuestos a aceptar, aunque con malhumor, un adelgazamiento del servicio sanitario público por razones de austeridad. Todo el mundo sabe que estamos en crisis, todo el mundo conoce lo justificado que está plantear un estrechamiento del cinturón. Pero esperaban, con todo, un planteamiento más imaginativo del llamado«Govern dels millors»que ha constituidoArtur Mas.Lo que ven venir ahora no es ese adelgazamiento, sino una degradación tan sensible que equivaldrá a un cambio de modelo. Enumeraré varias cuestiones que se entrecruzan en esta cuestión.

Rebaja sustantiva y a traición del Estado del bienestar. Lo que llega, que incluye un alargamiento apreciable de los plazos de las listas de espera, cierre de plantas de centros sanitarios, incremento de la precariedad en la atención durante los días festivos y las vacaciones, supresión en algunos hospitales de servicios tan emblemáticos y necesarios como la diálisis, tendencia a la inactividad por las tardes, así como un largo etcétera, modifica lo que hasta ahora entendíamos como nuestra sanidad pública de éxito. Encima, CiU no avisó de la sustantividad de este recorte en la reciente campaña electoral, pese a que se conocía que esta materia tendría que ser abordada. Por eso ahora muchos ciudadanos perciben como una traición el anuncio de que, contra lo que se había dicho, la sanidad -junto a la enseñanza y el estímulo a I+D- no queda fuera del nivel más dramático de los recortes.

• Un ahorro que supone despilfarro.Desde el punto de vista de la gestión de los bienes públicos, el hecho de tomar decisiones como cerrar plantas y no operar por las tardes significa una infrautilización y un despilfarro de los costosos medios que hemos ido aportando a los hospitales con dinero de todos durante mucho tiempo. Sería económicamente más lógico plantear el objetivo contrario, es decir, buscar un mejor aprovechamiento de lo que tenemos y reorganizar de forma más eficiente y barata la gestión: cortar la inflación existente de cargos intermedios, por ejemplo, o evitar duplicidades de actuación.

• Irracionalidad de no plantear el copago. El miedo a afrontar de cara las cuestiones impopulares, que paraliza a todas las formaciones políticas, conduce en estos momentos a CiU hacia esta línea de múltiples recortes, que suena a apaño, en vez de encarar el debate necesario y pendiente para instaurar un sistema de copago. Un copago equitativo que tenga en cuenta las diferencias entre unos bolsillos y otros. Esta implantación tendría que hacerse a escala española, tal como establecen las leyes, pero Catalunya podría significarse impulsándola, yMaspodría poner en eso el mismo acento y la prioridad que concede a luchar por una nueva reforma fiscal que equivalga al concierto.

SBlt No apoyarse tanto en 'la herencia recibida' y 'la culpa es de Madrid'. Respecto de lo primero, hay que sub-

rayar que no han sidoJosé Montilla,laconselleraMarina Geliy el tripartito los inventores del modelo sanitario catalán eficiente, aunque demasiado caro, que tenemos. Es un mérito, sí, un mérito, de toda nuestra clase política a lo largo de los años, y es un mérito, sí, un mérito, delJordi Pujolcon algunos ramalazos socialdemócratas que diseñó este servicio público.Pujol, MaragallyMontilla,junto con las inercias generales de la política asistencial española, junto con el alto nivel de exigencia de los usuarios, forman parte de los responsables de no haber contenido mejor el gasto, pero ahora lo que corresponde es aprovechar la experiencia para definir las actuaciones a emprender. Sorprende, sin embargo, la pobreza del argumento de laherencia recibidacuando lo expone el actualconsellerde Salut,Boi Ruiz, que ya tenía un papel destacado en la gestión sanitaria colectiva durante los últimos años. Tampoco es de recibo el simplismo de echarle toda la culpa a Madrid. Está claro que Catalunya recibe menos dinero del que merece y necesita, está claro que la aportación solidaria catalana es excesiva y empobrecedora; son dos cuestiones prioritarias por resolver. Pero en la insostenibilidad del modelo sanitario catalán hay otros factores y una parte de ellos, como señalaba antes, se ha gestado aquí, del mismo modo que aquí hay capacidad de reformarlo sin desnaturalizarlo. Pero de momento se está prefiriendo cortar y amputar a reconstruir un tejido enfermo. Y eso es un grave error político. Periodista.