La ópera bufa de Jaume Matas

Entiendo que es más entretenida la caza deFrancisco Camps.Se resiste, tiene más cara, es más atrevido (¿más atrevido? ¡ni hablar!), manda, eso sí, manda mucho y despilfarra tanto o más que mi expresidente. Pero, déjenme que les cuente que al suyo, aCamps,le han pillado unos trajes. No más. Bueno, sí, se sospecha que más, pero no aparece.Francisco,si lo está pasando mal, que lo dudo, es por córtame, pruébame, ajústame estos trajes.

Al mío, no. Al mío lo han pillado con todas las de la ley. Y también es del PP. Bueno, era, porque lo han puesto de patitas en la calle. Lo queCampsconvertía en tela marinera,Jaume Mataslo convierte en cemento, en ladrillo, en obra, en dinero, en comisiones, en favores, en quítame esta viga y ponme este techo ornamental.Campsdesvía trajes;Mataslo despilfarra todo, el dinero que tiene y el que no tiene, pero, especialmente, el público, en edificios.

Edificios, sin ir más lejos, como ese palacete que posee en la parte más chula y rica de Palma. Palacete que compró por una tercera parte de lo que vale. O ese Palma Arena que podría acabar con él en la cárcel. Un polideportivo que simulaba ser un velódromo sin pista ni bicis. Claro que en una ciudad, con unos partidos donde los funcionarios y políticos guardan en cajas de hojalata enterradas en su jardín el dinero malversado, está todo dicho.

EsteMatas,insisto, miMatas,nada tiene que envidiar aCamps.Bueno, sí, que sigue en el poder y protegido por los suyos, pues al balear lo han desterrado de la isla y ya solo le abraza, le sonríe, le saluda, le protege, le pasa la mano por el hombro, el bueno de Primo, ya saben,José Antonio Nieto, elseguratade los juzgados de Palma, que, de tanto ver y confraternizar con el expresidente balear, exministro deAznar, exjefe del PP mallorquín, le ha cogido cariño.

Estos días,Matasha vuelto a pasarse por los juzgados. Esta vez no lo ha llamado nadie. Ha acudido por voluntad propia. Bueno, la verdad es que ha ido porque se huele la tostada. El juezJosé Castro,el mismo que hace unos meses, cuando le interrogó por el velódromo, pronunció aquella histórica frase de «usted ha venido a mi juzgado a burlarse de los simples mortales», investiga cómo es posible que alguien pague, con dinero público y sin concurso, 1,2 millones de euros (es decir, exactamente 3.200 escobillas de WC al precio que pagaron losMatas por las suyas en su palacete) por un anteproyecto que se sospecha plagiado, un vídeo promocional y dos maquetas de una Ópera. Y que el proyecto no solo duerma el sueño de los tontos, de los ignorantes, sino que ahora aparezca su autor, el arquitectoSantiago Calatrava, con residencia en Suiza, y reclame la maqueta plagiada de la también frustrada Ópera que pretendía colocar a los suizos en el lago de Lucerna, para llevársela a casa y presentársela pronto a otros incautos.

Matasse rebela porque le acusan de no haber convocado un concurso público para esa magna obra. «¡EsCalatrava,idiota!», estuvo a punto de decirle al juez. Por cierto,Camps sí sabe lo que es un sastre;Matas no ha ido en su vida a la ópera. Pero el mallorquín se indigna porque considera que lo grave, lo que debería de ser juzgado, no es que él contrate (lo suyo le costó) aCalatrava,sino que su proyecto siga guardado en algún armario del Govern insular. Porque, como le contó al juez, un artista comoCalatrava «necesita de estímulos muy humanos, muy sentimentales, para trabajar». ¿Le parecen pocos estímulos 3.200 escobillas, perdón, 1.200.000 euros?

Matasno solo no conoce la ópera (ni tampoco que el Auditorio de Palma está desaprovechado) sino que ni siquiera conocía aCalatrava.Por eso le pidió a un amigo suyo, alCiudadano Kanemallorquín -que encima tiene un museo y aprovechó, claro, para sacarle una escultura al arquitecto-, que le acompañase a Roma, ¡a Roma!, para presentárselo.

Y, ¿quién pagó los billetes, el hotel, el coche y el guardaespaldas de la pareja viajera? Pues los mismos que pagaron la maqueta del plagio. Y todos nos hemos enterado de ese despilfarro, de ese gasto inútil, cuando un juez ha sospechado que se estaban riendo en nuestra cara.

Lo gracioso es que el juezCastro aún no ha aclarado quién decidió pagar esa barbaridad por unos planos, un vídeo y dos maquetas.Matas dice que no fue él; elconseller de entonces, también metido en líos, dice que le registren; los técnicos del Govern, que ellos pasaban por allí, yCiudadano Kane acaba de inaugurar la escultura deCalatrava,y tan feliz.

Nadie, dicen, ordenó el pago, pero el pillo arquitecto cobró 1,2 millones de euros por tomar un café en Roma y viajar una mañana a Palma para prestarse a otrafoto oportunity.No es de extrañar, pues, que el fiscal medite pedir una fianza (otra) aMataspor 1,6 millones de euros por prevaricación, fraude y malversación. Operística, claro. Bufa, claro.

España está pendiente de los trajes deCamps,pero los edificios de Matas,que no tienen nada que envidiar a los que ha construido su colega (Ciudad de las Artes y circuito de F-1 incluidos), son para chuparse los dedos. En plan primo. Periodista.