Dos miradas

Elogio de la palabra

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Todos sabemos, y él el primero, que la famosa pipa deMagritteno era una pipa sino la representación de una pipa. Y también somos todos conscientes de que si ahora escribopipame limito a dibujar una letra que es una pe y una letra a la que llamamos i, justo antes de delimitar los contornos de otra pe y de una a. Y, de todo ello, de todo este proceso tan sencillo que es contemplado por siglos de historia que nacen el día que alguien asoció estas cuatro letras puestas en orden para componer el nombre (y el sonido) que identifica a una pipa, de toda esta construcción intelectual, no sale una pipa, la realidad de una pipa, sino solo el concepto que tenemos del objeto y que, una vez escrito, formulado o enunciado, se convierte en la evocación de lo real. Aun así, la pipa que escribo, formulo o enuncio resulta que también es real, es una palabra que modifica las palabras que la acompañan y que, con ellas, con las miles de palabras que aparecen en el diccionario o que se inventan los poetas, se convierten en un discurso, una frase, un párrafo o un soneto. Y nos permiten acceder a la posibilidad de estar en contacto con todos los que entienden el mismo lenguaje, la osadía de explicar el mundo e incluso de sustituirlo. Incluso más, de engendrarlo. Al principio fue la palabra. Es decir, que podría muy bien ser que la pipa fuera pipa no porque hay pipas sino porque la pipa fue llamada un díapipa.