Siete x siete

Larga vida a La bella Lola

xavier FEBRÉS

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El pasado sábado arrancaba en Calella de Palafrugell la temporada de habaneras con la 43ª edición de la velada catedralicia que simboliza y preside las 3.000 cantadas de la especialidad esparcidas a lo largo de toda Catalunya durante el verano, protagonizadas por unos 70 grupos en activo. Se trata de uno de los géneros de música popular más practicados hoy.

Pocos días antes, celebré entre las paredes exiguas y concurridas de la taberna calellense La bella Lola el 16º aniversario del establecimiento, en su actual condición de único local estable del país donde se pueden escuchar habaneras en vivo cada sábado. Quizá también otros días, con un poco de suerte, por ejemplo si se pasa por allí el maestroJosep Bastons.

En pleno centro de Calella de Palafrugell, el local es heredero de la taberna de Ca la Rita y después Ca la Raquel. La propietaria,Raquel Gifre,lo alquiló, en 1993, para montar una taberna dedicada a la práctica de la habanera, a los cuatro socios,Paco Cardona, Pepi Bermudo, Carles CasanovasyPilar Heranz.Los dos primeros han asegurado su continuidad hasta hoy, con una dedicación y unsavoir faireque han merecido la Medalla del Turisme de Catalunya y otros reconocimientos. Entre estas paredes he escuchado auténticas joyas algunas noches excepcionales, por ejemplo el tímido debut de la hoy cotizada voz deSílvia PérezcantandoAlfonsina y el mar.

El futuro de La Bella Lola es ahora motivo de inquietud, por el régimen de alquiler y por la legislación de música nocturna. Espero que la larga lista de premios y distinciones que ha recibido (detallados en su página web) le sirvan de algo.