Vuelven los grandes clásicos al Verdi

Que sí, que los Reyes Magos te han traído una tele de 65 pulgadas con 4K y que se ve de maravilla. Y con tu barra de sonido se escucha por todo el piso. Pero no puedes evitar que el ring del teléfono te haga darle al pause en más de una ocasión, que los niños empiecen a dar saltos por el sofá y que te llamen desde abajo porque te ha llegado el último pedido de Amazon. Por todo ello, es mucho mejor ir al cine donde no hay interrupciones, las luces están apagadas y puedes concentrarte mejor para disfrutar una película en una pantalla mayor que la de casa. Por ello, en los Cinemes Verdi cada jueves ofrecen un regalo cinéfilo, los Dijous d’Imprescindibles a precio reducido donde recuperan grandes clásicos en versión original subtitulada.

De David Cronenberg a Patricia Highsmith

Para empezar, hoy proyectan Scanners, una de las grandes obras del genio del fantástico, el canadiense David Cronenberg, que fue estrenada hace nada menos que 40 años. Esta inteligente película está ambientada en un futuro cercano cuando descubren que algunas personas, a las que se llama scanners, tienen un poderoso don telepático que les permite actuar sobre la voluntad ajena, controlar las mentes de los demás y provocar terribles sufrimientos a sus víctimas. Pero un doctor pretende para acabar con el grupo. Las imágenes de las cabezas estallando es de aquellas que se te queda para siempre en la retina. Este año se cumple el centenario del nacimiento de la escritora Patricia Highsmith y, para celebrarlo, nada mejor que revisar El amigo americano (1977, 21 enero), espléndida adaptación de El juego de Ripley. a cargo del alemán Wim Wenders. Un marchante de arte (Dennis Hopper) descubre que un fabricante de marcos para cuadros (Bruno Ganz) padece una grave enfermedad. Pretende aprovecharse de su situación y le ofrece una importante cantidad de dinero para su mujer y su hijo a cambio de que cometa varios asesinatos. Un filme de intriga que plantea una interesante reflexión moral.

Cien años de Chaplin

Este año está de actualidad Charles Chaplin, ya que se celebra el centenario del estreno de algunas de sus obras maestras con su consiguiente reedición en copias restauradas. El ciclo programa tres de sus largometrajes. Un rey en Nueva York (1957, 28 de enero) es una de sus películas más olvidadas y la penúltima de su filmografía. Es una irregular sátira política sobre el monarca de un pequeño país que ha vivido una revolución y decide emigrar a Nueva York donde se convierte en una celebridad. Conviene revisarla para comprobar si no se le hizo justicia en su momento. Mucho más redonda es Luces de la ciudad (1931, 4 de febrero), una emocionante cinta muda sobre un humilde vagabundo que ayuda a una florista ciega a recuperar la vista. La música de La violetera, de José Padilla, contribuye a dotar de sentimiento a la banda sonora. Si no te escuece el lagrimal es que no estás vivo. Este homenaje finaliza el 11 de febrero con El circo (1928), una de sus películas más divertidas y repleta de gags. El vagabundo es contratado por error para un número circense donde se convierte en estrella por sus continuas torpezas. Allí se enamorará de la hija del director, aunque ella prefiere al funámbulo.

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Dos filmes que abrieron camino

Se cumplen 20 años del estreno de Tigre y dragón (200, 18 de febrero), una cinta que conviene recordar porque, ahora que está de moda Parásitos, fue la que abrió la puerta al cine oriental a nivel internacional tras obtener cuatro Oscar. El director de Brokeback Mountain regresó a su Taiwán natal para tejer esta espléndida película que combina aventuras, poesía visual, romanticismo, artes marciales y espectaculares saltos tipo Matrix que desafían la gravedad. Un guerrero que custodia una espada mágica le pide a una amiga de la que está enamorado que la lleve a su destinatario. Pero es sustraída por sus enemigos y deberán hacer todo lo posible para recuperarla. El ciclo seguirá festejando el triunfo en el Festival de Berlín, hace ya cuatro décadas, de Deprisa, deprisa (25 de febrero), de Carlos Saura. Un drama honesto y realista con el que el realizador intentó dignificar el cine de quinquis, muy en boga en aquellos años. Sigue los pasos de tres chicos y una joven, novia de uno de ellos, que cometen diversos atracos en tiendas y bancos de Madrid y utilizan las drogas como vía de escape para hacer frente al vacío de sus vidas.

Películas francesas y una denuncia del machismo

El cine francés llegará en marzo para celebrar el centenario del nacimiento de la actriz Simone Signoret. Empieza con una de sus primeras apariciones, muy breve, en Los habitantes de la noche (1942, día 4), de Marcel Carné con Arletty, el director y la actriz del clásico Los niños del paraíso. La acción transcurre en el siglo XV, cuando el diablo envía al mundo a dos emisarios a un castillo en el que un barón celebra que su hija se ha comprometido. Pero uno de ellos se enamora de la joven y el demonio se ve obligado a bajar a la tierra disfrazado de viajero. El otro título es París, bajos fondos (1952, 11 de marzo), de Jacques Becker, un drama romántico donde, ahora sí, es la protagonista, una bella prostituta que, a principios del siglo XX se convierte en la amante de un gánster, pero se enamora de un humilde carpintero, lo que provocará los celos del mafioso.

El trimestre se cerrará con una pequeña joya de esas que vale la pena descubrir, Mustang (2015, 18 de marzo), un drama ambientado en un pueblo turco, donde cinco hermanas adolescentes huérfanas viven tuteladas por su abuela y su tío. Su situación cambia radicalmente cuando deciden encerrarlas en casa tras considerar que han tenido una conducta “indecente” al jugar en la playa con unos chicos. Ellas son jóvenes, ingenuas y alegres, solo tienen ganas de divertirse y, en cambio, las obligan a unas normas estrictas, las preparan para ser esposas y las visten con unas túnicas poco favorecedoras. Es una denuncia sobre la situación de la mujer en Turquía y la doble moral masculina que transcurre en nuestros días, pero podría perfectamente ser atemporal. En la película se destaca también el peso opresivo de la religión y la importancia de la virginidad en la mujer y demuestra que, como suele suceder en estos casos, las actitudes represivas consiguen el efecto totalmente inverso a lo que pretenden. Diez títulos que ya forman parte de la historia del séptimo arte y que, para disfrutarlos al máximo, es imprescindible verlos en el cine.