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'Clinc!': el humor burbujeante de Pep Bou

El Sant Andreu Teatre acoge este poético espectáculo

clinc portada

clinc portada / COMPANYIA PEP BOU

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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Una de las palabras que más se está utilizando estos días es “burbuja”. Que si el grupo burbuja, que si la burbuja social, que si la burbuja económica… pero parece que nos hayamos olvidado de las más importantes y divertidas, las burbujas de jabón de toda la vida que hacen las delicias de los niños. Y si hay un especialista en esta materia que las ha convertido en arte, poesía visual y humor es Pep Bou, que lleva casi 50 años descubriendo sus secretos. Estas Navidades tenemos la oportunidad de disfrutar uno de sus espectáculos en el Sant Andreu Teatre, Clinc!, a cargo de tres de sus artistas de confianza, Isaías Antolín, Agustí Sanllehí y Eduardo Telletxea, que se turnan en los dos papeles. Hay que darse prisa porque quedan pocas entradas disponibles por lo que se han añadido unas funciones especiales este domingo y el lunes 4 a las 12 horas. ¡Ah! Y en el vestíbulo de la sala han instalado la Bústia Reial para que los peques puedan depositar su carta a los Reyes Magos.

Es un montaje que pueden disfrutar los adultos pero está pensado para los niños, precisamente un peque es el que advierte de las normas antes de iniciarse la función, y si por algo se caracteriza, aparte de las burbujas, claro, es por su humor. Los dos actores no solo juegan con las pompas de jabón sino que también cumplen la función de payasos interpretando a dos figuras clásicas: el de cara blanca (el malhumorado, autoritario y gritón) y el Augusto (el divertido y capaz de las mayores travesuras). La mímica es su principal aliada aunque también emplean un vocabulario ininteligible y algunas palabras en catalán.

Además de ser habilidosos, los dos artistas tienen también alma de payaso.

Además de ser habilidosos, los dos artistas tienen también alma de payaso. / COMPANYIA PEP BOU

Artilugios, música y pompas de jabón

En el escenario vemos a ambos lados dos mesas con los artilugios que utilizarán para crear fantasías y, al fondo, un biombo que se empleará para crear sombras y jugar con las siluetas. Cada uno de sus números está acompañado por una música diferente que, según la ocasión, puede ser circense, clásica, de ballet, con sabor latino, oriental o que nos recordarán al cine mudo, los dibujos animados o los videojuegos. Algunas de ellas resultan muy pegadizas, pero a los peques no hace falta decirles nada porque se ponen a seguir el ritmo aplaudiéndolas sin necesidad de que nadie les anime.

Los artistas consiguen alinear un montón de pompas de jabón pequeñas.

Los artistas consiguen alinear un montón de pompas de jabón pequeñas. / COMPANYIA PEP BOU

Clinc! va de menos a más, cada escena acostumbra a ser más espectacular que la anterior y, así, veremos pasar pompas de jabón pequeñas, grandes, transparentes, blancas e incluso de diferentes colores, una o dos o decenas de ellas. Los malabaristas juegan con las mismas las hacen subir y bajar, ponerse en fila o tirarse por un tobogán en un juego tan divertido como estéticamente delicioso. Para todo ello utilizan elementos cotidianos como el agua, el jabón, los tubos, los círculos o lo más sofisticado, las máquinas de vapor de humo.

El número más estético de la función es cuando juegan con los colores.

El número más estético de la función es cuando juegan con los colores. / COMPANYIA PEP BOU

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Los mejores momentos

Hay momentos estelares como cuando utilizan una cuerda para crear una súper burbuja, cuando las hacen pasar de un lado a otro, introduciendo un pez o un tren eléctrico en una de ellas o cuando disponen una mesa alargada con focos y adquieren un colorido maravilloso. Y los enfrentamientos entre los dos actores divierten a los pequeños espectadores, cambiando de vestuario o, mejor dicho, de disfraz, peleándose continuamente por la más mínima tontería, gastándose bromas o lanzándose vapor entre onomatopeyas, interjecciones y palabras inventadas.

Uno de los momentos más espectaculares es cuando hacen atravesar un tren eléctrico por una burbuja.

Uno de los momentos más espectaculares es cuando hacen atravesar un tren eléctrico por una burbuja. / COMPANYIA PEP BOU

En poco más de una hora recrean universos fantásticos con los que provocan que nuestra imaginación vuele tan alto como algunas de esas burbujas y nuestra admiración, pero con su humor también consiguen que la platea menuda se llene de carcajadas. Los niños los miran embelesados y también con cara de querer fusionarse con esas juguetonas pompas. Cierto, no está Pep Bou, pero el espíritu de su magia sigue presente en este espectáculo que ha creado y dirigido, su lenguaje visual es el mismo y la fantasía que provoca nos hace olvidar su ausencia. Una estupenda manera de abstraernos de todo lo que hemos padecido en estos últimos meses, dejarnos llevar y jugar como si fuéramos niños con revoltosas burbujas.

En el espectáculo veremos burbujas de todo tipo de tamaños.

En el espectáculo veremos burbujas de todo tipo de tamaños. / COMPANYIA PEP BOU