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'Snergs': un musical didáctico basado en la novela que inspiró 'El hobbit'

El Teatre Gaudí estrena este espectáculo infantil donde dos niños se introducen en un vídeojuego

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Eduardo de Vicente

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Se acercan las fiestas navideñas y, con ellas, empiezan a sucederse los estrenos (o reposiciones) de películas y obras teatrales pensadas para los niños. En el Teatre Gaudí tenían pensado pasar estos días con su versión de Aladdí, pero el cierre de las últimas semanas ha provocado que decidieran posponerlo para darle otra oportunidad a Snergs, la obra que tenían en cartel que, finalmente, podrá verse todos los domingos hasta el 3 de enero, inclusive. Es un musical de pequeño formato creado por Veus Humanes, un colectivo formado por jóvenes artistas dedicados a la locución, el doblaje, el montaje musical y la técnica del sonido con la intención de crear espectáculos didácticos para los niños.

Su obra está basada en la novela El meravellós país dels snergs, escrita en 1927 por Edward Wyke-Smith, cuyos personajes inspiraron, al parecer, a J. R. Tolkien para crear El hobbit. Eso sí, la han actualizado convenientemente para hacerla más atractiva para los peques de hoy en día. El escenario está totalmente vacío y el único elemento escenográfico es una pantalla en la que se irán proyectando los diferentes lugares por los que pasarán los protagonistas. Al inicio, una divertida voz en off nos dará las instrucciones necesarias para disfrutar el espectáculo.

Atrapados en un vídeojuego

Conocemos a los protagonistas, son Sílvia y Jep, dos niños que están jugando a la consola convenientemente ataviados. Ella lleva una camiseta de “That’s all folks” (la frase característica de los dibujos de Looney Tunes) mientras que el chico luce una de PlayStation. Pero se quedan atascados en una pantalla y no consiguen avanzar, por lo que deciden pulsar un misterioso botón rojo y, entonces, ocurre lo inesperado y se introducen como por arte de magia en el vídeojuego (como pasaba en la película Tron).

La canción introductoria es muy animada y vemos como aparece el resto de actores convenientemente disfrazados desde las cuatro esquinas de la sala para interpretarla (los peques aprenden rápido y, desde ese momento, vigilarán los rincones para ver quién y por dónde sale). El primer lugar donde van a parar en un bosque en el que entablarán amistad con Gorbo, un duende que reconoce que es algo torpe y cuya fisonomía recuerda a la de un hobbit, algo que le mencionan frecuentemente otros personajes aunque él insiste en que es un snerg. Les enseñará cómo se saluda a la gente en su mundo por medio de una simpática canción con su respectiva coreografía.

Ogros, bufones y brujas

Se prestará a ayudarles a encontrar el país de los snergs (la misión del vídeojuego) para poder regresar a casa, pero tampoco parece tener muy claro el camino. Su viaje les conducirá a una cueva y llegarán a la casa de Golithos, un ogro (con plataformas en los pies y con flores en la ropa) que ya no se come a los niños, sino que se alimenta de frutas y verduras. Reclaman su ayuda para poder cruzar el río, pero no resulta tan amistoso como esperaban y deben huir de allí.

A continuación llegarán a un castillo donde tropezarán con Bladry, un bufón (aunque los más aficionados a los cómics pensarán por su disfraz que se trata de Harley Quinn). El caso es que ha sido despedido de su trabajo (no es de extrañar, sus chistes son malísimos) y se ofrece a ir con ellos. El siguiente escenario será la casa de Meldrum, una bruja que les hace bailar a su ritmo y les pide que le consigan unas mandrágoras (momento en el que los fans de Harry Potter se hacen un guiño de complicidad). Gorbo se presta a ir a buscarlas, pero cuando regresa sus compañeros han desaparecido.

La hada y las canciones

Para intentar localizarlos visitará a Marse, un hada benefactora que puede ayudarlo y con la que conseguirá tres objetos mágicos que le ayudarán a enfrentarse al mal y rescatar al grupo. Un lago subterráneo será el último lugar que visitarán y la función acabará con un final sorpresa y una coreografía a la que se unirán los adultos y los niños, que salen con una sonrisa en los labios.

Hay que reconocer que este montaje puede hacerse un poco largo para los más peques (dura aproximadamente una hora y cuarto) y el ritmo es algo irregular ya que algunas transiciones entre escenas son demasiado lentas. Quizás le falta algo más de humor y buscar más la participación del público, pero todo ello importa poco frente a su propósito pedagógico que pretende enseñar valores a los chicos como el trabajo en equipo y hacer frente a los obstáculos y los miedos. También destaca su repertorio de canciones, prácticamente cada personaje tiene una, y resultan simpáticas, sencillas y divertidas, acompañadas en directo por el piano de Albert Artigas. Un imaginativo y original montaje para hacer un apasionante viaje en familia al mundo de los snergs, los antecesores de los hobbits.