BIBLIOTECAS URBANAS

¡Ssshhh!: 10 rincones para leer en Barcelona

Encuentra una dimensión paralela donde bloquear los teléfonos del jefe y el cuñado. Plazas secretas, terrazas escondidas, nuevas cafeterías literarias. Oasis para pasar página al 2020

Ssshhh!: 10 rincones para leer en Barcelona

Ssshhh!: 10 rincones para leer en Barcelona / periodico

Òscar Broc

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Son tiempos convulsos, ahora más que nunca tenemos que atemperar la sesera, refugiarnos en nuestros libros favoritos, buscar burbujas culturales que nos aíslen, aunque sea media hora, de la realidad. Literatura, cómics, revistas, da igual. Leer es la cura, una demostración de actitud frente a la incultura que envenena el discurso de los políticos, una reivindicación del cultivo del intelecto que a más de un miembro del Congreso de los Diputados le haría muchísimo bien. 

Sin la presión del turismo, Barcelona respira plácidamente y te cede infinitud de rincones en los que entregarte unos instantes a tu novela favorita. Parques, plazas secretas, cafeterías literarias, seguro que encuentras una dimensión paralela que se ajuste a tu silueta mental. Y da igual si lees a Schopenhauer, Stan Lee o Pilar Rahola, en estos lugares apartados del bullicio del continuo espacio-tiempo podrás hundirte en la lectura que siempre llevas encima y darte el gustazo de bloquear los números de teléfono de tu jefe y tu cuñado. Barcelona, un libro y tú. ¿Hace falta más?  

Las naranjas de la ira

Raval insonorizado

Que quede entre nosotros, ¿de acuerdo? No queremos que la gente convierta el Jardí dels Tarongers en una 'rave'. A escasos metros del Macba se esconde este espacio rectangular que es puro terciopelo para las retinas. Se trata del antiguo patio de la capilla de la Misericòrdia, reconvertido ahora en espacio público, una apertura diáfana en los intestinos del Raval que seduce al visitante por su colección de naranjos, sus piedras históricas (ideales para glúteos de literatos) y su capacidad para reducir el estrépito de los 'skates' hasta convertirlo en un murmullo casi imperceptible, placentero. En este jardín, la calma no se respira, se masca, e invita a bucear sin escafandra por tus lecturas favoritas sin límites horarios o camareros que te miren mal porque te estás regalando.

Jardí dels Tarongers. Elisabets, 8.


Bancos en Montjuïc

Lectura de altura

Leer refuerza el coco, pero no es el ejercicio más recomendable para perder esos michelines que el confinamiento te ha regalado. ¿Por qué no combinar ejercicio físico con lectura? Una de mis opciones favoritas es escalar la montaña de Montjuïc, por la cara de Poble Sec, hasta llegar a la plaza de Carlos Ibáñez y alrededores, un paraíso a los pies del Hotel Miramar, provisto de una fuente central que, cuando funciona, sirve de perfecto relajante sonoro. Lo tiene todo: flores, verdor, calma chicha, bancos apartados para que nadie te moleste, gatos asilvestrados ronroneando en los árboles y unas vistas panorámicas de Barcelona que te masajearán el cerebro cada vez que levantes la vista de la novela. La excusa perfecta para llevarte al perro (y dejar a tu pareja en casa). 

Plaza de Carlos Ibáñez. Montjuïc.


Piensa en verde

El libro de la selva

Mi parque para leer es el del Turó del Putxet. Desconfía de la gente que te recomiende el parque de la Ciutadella, un sindiós en el que se hace de todo, menos precisamente leer. Insisto, si coges los FGC, en cinco minutos estarás en el barrio del Putxet ('upper' Diagonal, qué le vamos a hacer), disfrutando de uno de los espacios verdes más adecuados para leer sin que un latero te ofrezca perico o un perro suelto orine en tu jersey. Es lo más parecido a un bosque: vomitonas de clorofila surcan el aire gracias a las toneladas de vegetación y su posición elevada ofrece vistas inmejorables para acompañar la lectura. Es un parque muy tranquilo, invita al reposo, no a tocar los bongos, y es lo suficientemente grande –qué jardines, 'mamma mia'– como para que no tengas que cruzarte con ese bichejo molesto e insufrible que llamamos ser humano. 

Parque del Turó del Putxet. FGC (parada Putxet). 


Magia en Poblenou

Letras veganas

Templo vegano en el barrio más vegano de Barcelona, Poblenou. Santuario del reposo y la clorofila. Iglesia del queso vegetal. Bienvenidos a Väcka, un pliegue en el tejido urbano del barrio que absorbe el ruido, te acolcha las entendederas y te cuida el organismo. Es una de las mejores (y más desconocidas) terrazas que hay en Barcelona, una belleza de lugar con tirabuzones de vegetación cayendo sobre las coronillas de la clientela y una atmósfera irreal que te plancha el espíritu. Lo mejor que puedes hacer en Väcka es llenarte la panza con su menú del día vegano (el día que voy, crema zanahoria, 'bourguignon' de setas y 'muffin' de naranja por 12 €) y rematar la sobremesa con una buena lectura, café mediante, en su terraza de peli romántica. Te gustará tanto que te esconderás detrás de algún arbusto cuando cierren.  

Väcka. Almogàvers, 138. Teléfono: 632 786 752.


Prosas que nunca te dije

Cafeína en tapa dura

A la llegada de la recién abierta Restory (una nueva y maravillosa librería de segunda mano para cazadores de primeras ediciones y de gangas), se le suma ahora el desembarco de un 'Titanic' de la literatura. Se llama Byron, como el poeta romántico, y es un concepto que aúna librería tradicional con cafetería de nueva generación. Si no falla nada, este viernes ya tendrá la cafetería operativa, para que puedas hojear tus compras sorbiendo café a litros, como si fueras el agente Cooper con insomnio: dicen que la letra, con cafeína, entra. En Byron, además, quieren que te sientas como en casa, y han sembrado el amplio local con butacas, sofás y cálidos rincones para que te entregues a tu vicio libresco. Diablos, ¡hasta cuentan con una chimenea! Tendrá que venir tu pareja con un megáfono para sacarte de ahí.  

Byron. Casanova, 32. Teléfono: 687 582 492

Restory. Comte Borrell, 133. Teléfono: 931 19 21 54.


La hora del patio

Oasis literario

La librería La Central del Raval es como un troquel que se despliega a medida que te adentras en sus vísceras. Pegado a sus costillas descansa uno de los jardines secretos más bonitos de Barcelona, un espacio rebosante de vegetación y ornamentación 'vintage' (esos azulejos) que ha reanimado este rincón adyacente a la Casa de la Misercòrdia. Antes de la pandemia, dicho oasis estaba ocupado por el bar-café de La Central, que ya debería haber recuperado su actividad. Pocos espacios abiertos para la lectura rivalizan con esta propuesta: tienes una de las mejores librerías de Barcelona y la terraza más mágica de Ciutat Vella en el mismo 'pack', como si fueran siameses. Y si quieres rematar la faena, como buen novillero literato, clava las banderillas en su rusa y sus sándwiches de autor, y saldrás en volandas por el acceso de la calle de Elisabets, con la oreja del astado como punto de libro.

Bar de La Central. Elisabets, 6. 


De todo un poco

'Tutti frutti' literario

A escasos centímetros por debajo de la Diagonal, el <strong>Palau Robert</strong> (paseo de Gràcia, 107) esconde uno de los jardines más relajados y solitarios del núcleo urbano duro. Cientos de coches rugen a su lado, pero, por alguna razón, lo único que te llega son los cantos de los pájaros y la risa de algún niño. Si prefieres leer a cubierto, el bar/galería de arte/centro cultural <strong>Cosmo </strong>(Enric Granados, 3) es una solución. Por cierto, no te pierdas las prestaciones del escondidísimo <strong>convento de Sant Agustí</strong> (Comerç, 36), con sus fantasmas y sus silencios sepulcrales, en el Born viejo… Ssshhh. 

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