El plátano de Gibert, en Monistrol de Montserrat

Los visitantes que ascienden en automóvil hasta el monasterio de Montserrat pasan invariablemente, una vez dejan atrás Monistrol, junto a un plátano que está incluido en el catálogo de árboles monumentales de la Generalitat de Catalunya y que se ha convertido en los últimos años en uno de los símbolos de la población. No es para menos. El ejemplar no solo destaca por su grueso tronco, con un perímetro de 4,70 metros a la altura del pecho y una altura estimada de 28 metros, sino especialmente por su imponente copa globosa, con una proyección de sombra superior a los 500 metros cuadrados.

Pese a su humilde emplazamiento, solitario en un arcén de la BP-1121, rodeado de cemento, el inconfundible plátano crece en un terreno que antiguamente había sido propiedad de los Gibert, de los que toma el nombre, una destacada familia local "que dio a Monistrol alcaldes, consejeros y capellanes", como destaca la Generalitat. El árbol, que fue plantado en 1856, mantiene un excelente estado de salud y solo se observa alguna vieja cicatriz que es herencia de podas no del todo cuidadosas. En los días despejados, la visión del plátano con el fondo de las montañas de Montserrat es insuperable.

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