arte

Ironía en tinta del turismo

La Casa Elizalde exhibe 'Hoy en Pasea y Ojea: tu ciudad'. Son dibujos de Clara Nubiola que analizan con humor los efectos de la afluencia masiva de viajeros a Barcelona y el propio hecho de viajar

La autora, Clara Nubiola, ante sus obras en la Casa Elizalde.

La autora, Clara Nubiola, ante sus obras en la Casa Elizalde. / periodico

Sonia Gutiérrez

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Clara Nubiola acabó en un tiempo récord la exposición sobre Barcelona que le propuso la <strong>Casa Elizalde</strong>. No por falta de reflexión, sino todo lo contrario: los dibujos que allí se exhiben llevaban meses rondando su cabeza. «Y además me lo pasé muy bien -confiesa-. A veces hasta me sigo riendo con algunas obras». Porque en la exposición 'Hoy en Pasea y Ojea: tu ciudad' se trata de eso, de reír. De leer historias irónicas, absurdas y reconocibles por cualquiera que haya pisado Barcelona. El turismo masificado, el problema de la vivienda, la contaminación, las desigualdades... Nubiola hace broma de todo esto, para ir más allá del chiste. «Yo pongo en bandeja la duda. No me gusta ir en contra de algo, prefiero criticar sin ofender», explica esta diseñadora gráfica, con formación en antropología y arquitectura del territorio. Su método: pasear, observar y dibujar en su libreta.

El tema central son los viajes. Nubiola cuestiona las rutas prefijadas, la búsqueda de la foto donde millones de personas se la han hecho antes, la idealización de un lugar con imágenes de postal. No solo de Barcelona, sino de tantas otras ciudades turísticas. «Si alguien de Madrid visitase esta exposición, sonreiría igual, porque la problemática es común», opina la artista. La muestra está concebida como si fuera una revista de viajes, con su portada, sus artículos, sus anuncios y hasta sus pasatiempos (no te pierdas el laberinto evasivo del Eixample: busca la salida evitando los turistas). Al imitar el lenguaje promocional, la crítica es más ácida.

Nubiola plantea una doble reflexión al visitante: no solo como vecino que sufre los efectos del turismo, sino también como turista que viaja a otros sitios. Consciente de que es difícil modificar los hábitos, confía en la transformación lenta: «Cada sonrisa que arranquen estos dibujos ya es algo de cambio», dice.