TEATRO

'El jovencito Frankenstein': tributo musical a un clásico

Han pasado 45 años desde su estreno y ya es todo un clásico que ha rebrotado con su versión musical. Un homenaje en toda regla en el Teatre Tívoli

El jovencito Frankenstein

El jovencito Frankenstein / periodico

José Carlos Sorribes

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Son legión los fans de 'El jovencito Frankenstein', la película de Mel Brooks que hizo en 1974 una cariñosa parodia del cine de terror clásico, y en concreto de la versión de la gran novela de Mary Shelley, 'Frankenstein'. El éxito lo demuestran los 86 millones de dólares de recaudación en todo el mundo y la huella indeleble de sus 'gags'. El propio Brooks firmó el guion con Gene Wilder, también recordado protagonista del filme junto a Marty Feldman, su ayudante Igor.

Tras el éxito que tuvo en la operación previa de 'Los productores', otra de sus películas, Brooks también se encargó tres décadas después de levantar la versión musical en Broadway del filme. "Quizá el mejor que he hecho", sentenció. Se estrenó en noviembre del 2007. Una década después llegó otra versión al West End londinense –actualmente de gira por el Reino Unido– y que dio un nuevo empujón a la obra. Un impulso que llegó hasta la Gran Vía madrileña con el estreno de la versión española que dirige Esteve Ferrer. Ha recalado ahora en el Tívoli, convertido en el gran teatro catalán de los grandes musicales.

Es la misma adaptación que hizo Brooks en Broadway y que mantiene los golpes de humor –ya universales– de la película: la joroba móvil de Igor, el par de aldabas de Inga, la voluptuosa ayudante del doctor, el relincho equino cuando se pronuncia el nombre del ama de llaves Frau Blücher... Eso sí, hay algunos guiños y chistes digamos locales, pero que resultan innecesarios con una película tan conocida y aplaudida.

El recuerdo de las peripecias del viaje a Transilvania del nieto del fallecido Victor von Frankenstein es tan poderoso que ponerse a su altura se convierte en una tarea casi imposible. De ahí que la versión musical del Tívoli se quede en un entusiasta homenaje con mayores partidas en el debe que en el haber. Así, la parte musical no parece equilibrada. Si bien se canta con nota alta, no alcanza el mismo relieve la música que se escucha. Demasiado plana y apagada. El ritmo, además, no es uniforme porque la primera parte necesita una energía que se echa de menos. Las escenas se suceden de forma más bien monótona, salvo en el famoso número de 'Un paseo en carro de heno' o en el cierre de 'Así se baila en Transilvania'.

Más vértigo

Más vértigoEs en la segunda parte cuando se abre la cuenta positiva de 'El jovencito Frankenstein'. La trama adquiere más vértigo y los números cogen la velocidad adecuada. La aparición del monstruo también ayuda a elevar el montaje, como en la escena del encuentro con un ciego. O en su romance con Elizabeth, la excéntrica prometida del joven doctor Frankenstein, o Fronkonstin, como él dice.

El momento cumbre llega con el número coral de 'Puttin’on the Ritz', donde se ve la huella de grandes musicales del Broadway clásico y con el claqué como un gancho imbatible. Y el reparto es otro de los argumentos que relanzan la versión de Esteve Ferrer. Porque Víctor Ullate Roche, el hijo del genial bailarín, saca adelante –y no es poco– el papel protagonista, muy bien acompañado por tres actrices de primera en el género musical como son Marta RiberaTeresa Vallicrosa y Anna Herebia, esta más joven debutante en Barcelona. Lo mismo cabe decir de Jordi Vidal como Igor o de Albert Gràcia como el monstruo.