'Quartett': no es una ópera para cobardes

Cinco años después de su aclamada 'première' mundial en La Scala de Milán llega al Liceu 'Quartett', obra de Luca Francesconi (Milán, 1956) con puesta en escena de Àlex Ollé, de La Fura. Esta nueva ópera está basada en la pieza que el dramaturgo Heiner Müller edificó en 1981 inspirándose en la novela epistolar 'Les liaisons dangereuses (Las amistades peligrosas)', de Choderlos de Laclos (1782).

La historia de este perverso juego de seducción y muerte ha sido recreada en el cine con diferentes versiones, aunque la más célebre es la de Stephen Frears (1988), con Glenn Close, John Malkovich, Michelle Pfeiffer y Keanu Reeves en el reparto.

La producción se estrena en España en el Gran Teatre el miércoles, 22, y se presenta después de haber triunfado en los festivales de Viena y Holanda, en las óperas de Lille y de Lisboa y en Buenos Aires. El montaje implica directamente al espectador al situar a los personajes dentro de una gran caja flotante ideada por el escenógrafo Alfons Flores.

Este núcleo celular, que pesa dos toneladas y cuelga del techo sostenido por 600 cables de acero de un milímetro de espesor, crea un impactante efecto mágico e invita al público a convertirse en 'voyeur' al poder seguir, como si estuviera mirando a través de una ventana, las peripecias de unos seres que viven encerrados en su amor al universo.

"El de los protagonistas es un comportamiento egoísta y peligroso. Están inmersos en un torneo de vanidades y de venganzas, pero se encuentran solos frente a su miseria moral", resume Ollé al hablar de una creación que arremete contra el comportamiento "caníbal" de la decadente clase social alta. Francesconi es también muy contundente.

"NO HAY PIEDAD"

"Esta no es una ópera para cobardes. Es violenta, sexual, blasfema. Aquí no hay piedad con tan cínicos personajes", ha dicho para destacar que el comportamiento de esos aristócratas de la Francia prerrevolucionaria se ha expandido a la civilización occidental.

El barítono Robin Adams encarna al vizconde de Valmont y se desdobla en 'madame' de Tourvel, la fiel y cristiana esposa a la que ha seducido. La soprano Allison Cook da vida a la marquesa de Merteuil, despechada examante de Valmont, cuyo personaje encarnará en un pasaje de la ópera practicando un travestismo que le permitirá aplicar las artes amatorias aprendidas en su relación con el donjuanesco noble con la citada Tourvel.

SUEÑOS Y PESADILLAS

Este juego de rol sigue, con la virginal Cécile de Volanges incluida, en los tres espacios del montaje: el interior de la caja, que representa la cárcel emocional de los personajes; el exterior, donde se desarrollan sus sueños y pesadillas; y otro ámbito en el que se muestran imágenes de la naturaleza y el mundo real recogidas en los vídeos de Franc Aleu y acompañadas solo de sonidos musicales.

Peter Rundel dirigirá en el foso a la Orquesta del Liceu. La formación se fusionará con la música pregrabada en La Scala, que aporta sonidos electrónicos diseñados por el IRCAM de París. La partitura es casi siempre atonal con alternancias, aunque ensambla con el libreto de Francesconi, un autor contemporáneo que ha logrado triunfar junto a La Fura en dos continentes. Una oportunidad para disfrutar de una experiencia sensorial y sonora únicas.