Conde del asalto

No se te ocurra ir aquí en la Mercè

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Muchedumbre

Muchedumbre / Manu Mitru

Miqui Otero

Miqui Otero

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Si tú, querido lector, eres un perro, no te recomiendo pasear el lunes a la hora de la cena por Avinguda Maria Cristina. Sí, exacto, el piromusical. Y con temática electrónica del Sónar. Petardos y bombos. No lo aguantaría ni Chase de 'La Patrulla Canina', así que imagina un can común como tú. De nada, no hay de qué. Ciao. Guau

Si no eres un perro, sino una persona, sería conveniente que siguieras leyendo. 

Uno es dueño de su silencio y esclavo de lo que dice. Pero es que además el bienestar suele depender más de lo que no haces que de lo que haces: no tomarse esa última copa, no decir en el momento de la batalla ese reproche que lleva años enquistado, no coger el teléfono y llamar de madrugada a aquella persona. Y no ir a los lugares que no convienen. Y más en una fiesta de una gran ciudad, con una programación diversa como la de la Mercè: cuatro días de placer en un campo de minas. Es importante que no te dejes llevar por el más vigoroso de tu grupo de amigos, porque, y esto lo dijo Oliver Cromwell: “Nadie camina tan decidido como un hombre que no tiene ni idea de a dónde va”.

Por ejemplo, si decidiste afrontar estos fastos con brío y te liaste en los bares y en los conciertos del viernes, no te recomiendo acudir el sábado a las ocho de la mañana a la Matinada de gralles. Este instrumento, como de fauno demoniaco, no es compatible con la resaca, me temo, y tampoco con el ánimo voluntarioso de quien decide empalmar y desayunar en el carrer Ample a esa hora. 

Los peligros también pueden asaltarnos en la oscuridad. Ese que amanece con picassiana cara de resaca en la mañana de 'gralles' pudo estar horas antes en Bogatell, en el concierto de Vicco. Bien por él, algo fresco y bailable. Pero si tú, querido lector, has escuchado este verano unas 684 veces los 3,22 minutos de esa canción titulada 'Nochentera' (en mi caso, fueron 1.243: duraba justo el tiempo que tardaba en llevar a mis hijos a la piscina del pueblo), quizás no sea el hallazgo más afortunado oírla por vez número 685 (1.244, en mi caso) a las dos de la madrugada y en un entorno a reventar de euforia juvenil, por encantador que sea el tema. Ojo, no bajes la guardia, porque, puede que recibas un mensaje de un ser querido (“Yo te busco entre toda esta gente”), y es hora de citar a los clásicos: “Tu boquita de fresa, mi mojito de menta, las cosas bonitas, al final se encuentran”. 

Toda esta reflexión sirve para no acabar tampoco el sábado 23 en el concierto de The Tyets, escuchando a la una de la madrugada 'Coti x Coti' (nada en contra, más allá de la sobrexposición). “No ho puc evitar, ja no sé com fer-ho”, me dirás, y yo te diré que querer es poder

Sitios donde pareces un policía secreta

Todo es potencialmente disfrutable y yo mismo he gozado tanto en conciertos del BAM como en un concurso de sardanas atléticas. Pero podrías evitar conciertos multitudinarios como los de la calle Menéndez Pelayo, donde quizás, por la media de edad, parezcas un policía secreta. O el correfoc o los desfiles de bèsties si andas últimamente soñando raro. Jaume y Violant, nuestros gigantes, disculparán tu ausencia.

En definitiva, como se dice en los 'castells' (por cierto, el 23 a mediodía en plaza Sant Jaume), un buen uso de la Mercè depende de cuatro cosas: “Força, equilibri, valor i seny”. Ah, y no vayas al Mnac si tu exnovia se llama Mercedes. Todas las Mercès tienen entrada gratis estos días y no pararás de escuchar ese nombre. Sería triste verte sollozar ante el pantocrátor de Taüll en unos días consagrados a la fiesta.

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