La tirolina más larga de la Península

JumpYard: así es el parque de saltos 'indoor' más grande de Catalunya

Se acaba de inaugurar en Cornellà: 2.850 metros cuadrados de trampolines y circuitos aéreos que despiertan un vértigo que ni Hitchcock

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Abel Cobos

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Amarrado con un arnés, colgado de una cuerda, y con las dos manos en la barandilla, Carlos respira hondo. Está a punto de lanzarse por la tirolina más larga de la Península: 100 metros de largo, 11 de altura y más de 20 segundos suspendido en el aire. En sus ojos se refleja el mismo terror que Pablo Casado destilaba esta última semana en Génova, 13. 

«Va, que serás el primer cliente en probarla», bromean los monitores. No parece tranquilizarle. Tragándose los miedos, da un pequeño salto hacia el vacío y, agarrado a una cuerda, se desliza por todo el recinto. «Ha sido impactante. Nunca me había sentido como un chorizo colgado en una charcutería», dice al llegar a tierra firme. 

A sus pies, una decena de personas prueban las colchonetas, la cama de aire, el rocódromo y todo tipo de actividades que despiertan un vértigo que ni Hitchcock. Está en JumpYard (San Ferran, 4, Cornellà de Llobregat), un parque de actividades 'indoor' que este viernes, a las 16 horas, abre sus puertas al público y que, sin duda, está a la altura de sus expectativas: con 2.850 metros cuadrados de áreas de salto y casi 5.000 de ocio, es el más grande de Catalunya. «Es el 13er JumpYard en Europa y el primero de España», cuenta Pedro Alfonso, responsable de márketing. «Hace tres meses estrenamos uno en Portugal, el primero de la Península. El resto, en Escandinavia», de donde es originaria la compañía, fundada en 2017 por dos 'skaters' suecos «que querían un lugar donde sentir la misma adrenalina que sobre la rampa», explica Juanma Santamaría, director del local barcelonés. 

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JumpYard, compañía nacida en Escandinavia, trae sus trampolines y circuitos aéreos a Barcelona, la primera sede española. / Jordi Cotrina

«Fue tal el éxito que, desde entonces, y a pesar de la pandemia, no dejaron de fundar nuevos locales», añade. «Solo en Naca [Suecia] tenemos unos 1.000 visitantes al día», le interpela Daniel, que viene de esa sede para formar a los nuevos monitores. «Sí, y pronto inauguraremos el 14º JumpYard, en Oslo», continúa Juanma, orgulloso. 

Bajo la tirolina y el 'high ropes course', una decena de saltadores prueban las colchonetas para tenerlas listas para la gran inauguración. «Tienes que probar el 'cardio world'», recomienda Juanma a Carlos, señalando unas colchonetas con unas grandes pantallas llenas de juegos de realidad aumentada para dinamizar el ejercicio. «10 minutos en camas elásticas equivale a 30 minutos de carrera continua. El cardio sobre colchoneta te liquida», advierte. «Si hasta los astronautas se preparaban con este deporte». Vamos, sales de aquí tan sudado que hasta tu ropa fantasea con una lavadora.

Espacio 'family-friendly'

A pesar de que parezca durísimo, hay actividades para todos. «¿Las edades? Desde los tres años hasta que el cuerpo aguante», dice Juanma riendo. «Es un espacio apto para familias», comenta, apuntando a los diferentes espacios, muy separados, que van desde camas elásticas semiolímpicas y circuitos para los más valientes, hasta colchonetas de aire y camas 'family-friendly' que no requieren ninguna forma física. 

De hecho, las familias son uno de sus principales targets. Más allá de aquellos que vienen buscando adrenalina a más de 10 metros de altura, el espacio está pensado para ser muy inclusivo. «Caben 170 personas por hora y hay siempre monitores supervisando para que se dividan los espacios entre las necesidades de los niños y los adultos, rotando en los espacios», asegura Juanma. Añade, además, que tienen varias salas de fiesta privadas donde hacer cumpleaños, teambuildings o despedidas de soltero: «Es un espacio para todos, de verdad», comenta, convencido. 

Eso sí, aunque escojas la opción más fácil, el cansancio está asegurado. «Debería volver a apuntarme al gimnasio», murmura Carlos, jadeando tras media hora de colchonetas. A su lado, Daniel hace volteretas en el aire con cada uno de sus saltos. «Hombre, es que es un profesional», añade un monitor al ver las caras de incredulidad. «Es otro de nuestros objetivos a corto plazo: hacer clases particulares para aprender a saltar», cuenta Juanma. Sí, este es el primer gimnasio donde saltarse las clases hará que estés más en forma.

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