El Día de los ‘Papandemials’

Tomas conciencia de tu paternidad cuando te ensalivas el dedo para borrar un resto de comida de la comisura de los labios del niño; cuando escuchas más canciones de Dàmaris Gelabert que de Marvin Gaye; cuando jamás abres un plátano, pero te comes los restos de al menos tres cada día; cuando se acerca el Día del Padre y no piensas en regalar una colonia, sino en recibirla o en montar una colonia alejada de la gran ciudad. 

Es decir, esta semana. En los últimos días los anuncios televisivos y los algoritmos de internet son tu peor espejo. Se supone que el Día del Padre se te debe regalar algo y ese algo no corresponde a la imagen que tenías de ti mismo. Como te ve el capitalismo es: cedés de éxitos de los ochenta o de baladas de Queen, esterillas de yoga, foulares, Brummel, masajes para la sobrecarga muscular, entradas para ir a ver un musical al teatro, etcétera.

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Quizás merezcas ese tipo de mercancía. Quizás es momento de autoevaluarte. A los niños que se portan mal, los reyes les traen carbón. En el Día del Padre, a los padres que no dan la talla, ¿les traen notificaciones de Hacienda, entradas de 'El rey león' y tintes color caoba Just For Men?

Dones de confinamiento

Tienes excusa. No ha sido fácil. Los niños de pocos meses y años que han vivido este último año son, claramente, 'pandemials'. Algo más enganchados a las series de dibujos animados, por momento fotofóbicos (tantas semanas en casa) y obsesionados con la idea de virus: da igual que el virus sea un virus informático que pone en peligro los circuitos de los Superwings o el Nueva York de Spiderman, ellos se ponen nerviosísimos ante la palabra y piden apagar la tele. 

Durante un tiempo, como padres, descubrimos algún don que nos sorprendió más a nosotros mismos que la capacidad de volar o de invisibilizarse. Estamos hablando de esos castillos, guitarras, cajas de tele, teatrillos que construimos para nuestros retoños con cajas del Cal Fruitós durante  el primer confinamiento (hubo un momento que me llegan a pedir que acabe la Sagrada Família con cajas de cartón del estanco y les digo: aguántame la Xibeca). Y, sin embargo, incluso el 'entertainer' más entregado flaquea y necesita ayuda. 

Cajas regalo para 2022

Durante estos meses entre el Día del Padre de 2020 y el de 2021 no hemos dispuesto de cosas tan básicas para lidiar con los retoños como las sesiones infantiles de cine, las piscinas de bolas, el teatro, las extraescolares, los conciertos (recuerdo ahora con nostalgia cuando casi sin saber que aquello era como ver a los Beatles franja 0-4 años de edad, vimos al Pot Petit en la Monumental), poder enviarlo a casa de amigos del cole o recibirlos en la nuestra o dejar que se queden en casa de familiares para proceder a quemar (metafóricamente) un ratito la ciudad. 

El Día del Padre y de la Madre debería venir este año con una de esas cajas regalo con mil opciones de ocio infantil para el año que viene, con el añadido adulto de dos días en una piscina termal y de un concierto con barra libre de tequila en el Sidecar (no por este orden). No sabemos qué secuelas les quedarán a los nenes 'pandemials' por tener como único ocio la pantalla y a un adulto de 40 años en chándal que hace 'titelles' con una mano y teclea con la otra columnas como esta, pero tampoco las de los 'papandemials' que esta semana celebramos nuestro día.

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