El roble misterioso de los jardines de la Tamarita

Los orígenes del parque de la Tamarita se remontan a finales del siglo XIX, cuando el industrial algodonero Llorenç Mata compró la finca para construir en ella una gran casa señorial, que hoy es la sede de la Fundació Blanquerna-Universitat Ramon Llull, y tres más pequeñas para sus hijos.

Cuando Mata murió, su sobrino Alfred encargó el ajardinamiento al jovencísimo Nicolau Maria Rubió i Tudurí, el que luego sería afamado paisajista y jardinero. De aquellas primeras plantaciones es el fantástico roble que crece en la llamada pradera, una terraza elevada sobre el resto del parque. El espécimen, de silueta desequilibrada –una gran rama cuelga hacia el suelo– pero en aceptable estado de salud, figura en el catálogo barcelonés de árboles de interés local como roble pedunculado ('Quercus robur'), aunque muy posiblemente es un error y se trata realmente de un ejemplar de 'Quercus pubescens', mucho más habitual en Catalunya. 

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