La cita musical del Fòrum
Vampire Weekend expande el pop con magia y caos en la jornada más ‘indie’ del Primavera Sound
El grupo neoyorkino desplegó su aventurado nuevo disco, ‘Only God was above us’, en una primera jornada en el Fòrum en que destacaron bandas como Arab Strap, Renaldo & Clara y Derby Motoreta’s Burruto Cachimba, así como el sentido homenaje al desaparecido Steve Albini
Jordi Bianciotto
Periodista
Desde aquella edición de 2019, presentada con el eslogan de ‘the new normal’, el Primavera Sound ha jugado con la superación de las viejas categorías estilísticas, alternativo o no alternativo, ‘indie’ o ‘mainstream’, pero el cartel de este año tiende a refrescar lazos con el corazón bautismal del festival. Ahí, la jornada de este sábado en el Fòrum fue ilustrativa: Vampire Weekend y Pulp en lo alto del cartel y, en el camino, un amplio surtido de ‘guitarradas’ feroces, tonadas pop aventuradas y hasta una escena de sentido duelo colectivo para gloria de Steve Albini, músico muy querido en el Primavera, fallecido hace solo un par de semanas.
Vampire Weekend representa cierta regeneración de los patrones ‘indie’ para estas alturas del siglo XXI, retorciendo formas y conjugando ocurrentes líneas melódicas y corrientes cacofónicas y giros impredecibles. Cada álbum es un paso adelante y el reciente ‘Only God was above us’ refina su equilibrismo al borde del caos, atendiendo a la frase (“solo Dios estaba encima de nosotros”) que pronunció el superviviente de un vuelo en el que la nave perdió parte del techo. Los neoyorkinos ya pasaron por el Primavera en 2008, pero lo de este jueves estuvo en otro nivel.
Entraron en materia con algunos simpáticos números de su primera vida, como ‘White sky’ o ‘Cape Cod kwassa kwassa’, vestigios de su imaginativo africanismo vía Paul Simon, si bien no tardaron en hincar el diente al nuevo material deslizando esas piezas en las que tan pronto puede irrumpir un celestial piano neoclásico como un saxo histérico. Una especie de ‘free pop’ que dejó un rastro de piezas admirables, como ‘Connect’, la pausada ‘Capricorn’ y la incursión ‘noir’ de ’Sympathy’, bien emparejadas con rescates de etapas intermedias, como ‘Ya hey’ o ‘Campus’. Camino de la llegada de Pulp, esperada a medianoche, Vampire Weekend justificó su ubicación en la zona alta del cartel.
Punk-rock para ‘motherfuckers’
Para los amigos del rock garajero-punk a la vieja usanza, Amyl and the Sniffers era una apuesta segura. Los australianos no inventan nada, pero son un artefacto disfrutable en vivo, a la salud de los clichés milenarios, con una Amy Taylor que hace pensar en una Wendy O. Williams un poco menos pasada de rosca, que llama, de modo entrañable, “motherfuckers” a sus fans. Presentaron su doble ‘single’, ‘Facts’ y ‘U should not be doing that’, y avasallaron con números descarriados como ‘Security’ y ‘Hertz’.
Para esencias ‘indie’ de la vieja escuela, el pase de Arab Strap, emblema de un severo rock escocés acuñado en los 90, entregando a fondo a su nuevo álbum, con ese título de lo más punk: ‘I’m totally fine with it don’t give a fuck anymore’. El ritmo marcial de ‘Allatonceness’ y ‘Bliss’ abrió camino en el anfiteatro del Fòrum, entre la polución eléctrica a través de la voz seca y narrativa de Aidan Moffat.
Ofrenda al amigo
Debajo de las apariencias más duras reposan a veces los más tiernos sentimientos, como reflejó la casi capilla ardiente del escenario bautizado como Steve Albini. La anunciada ‘listening party’ en honor al que fuera productor de Pixies, Nirvana y PJ Harvey (y fichaje fijo del festival año tras año) consistió, en efecto, en la escucha de discos de Shellac y Big Black en atenta y cabizbaja comunión. Todos mirando al escenario como si él estuviera ahí después de todo. Rostros tristones, algunas lágrimas y ofrendas de flores, en una escena emotiva que contrastaba con la inclemente banda sonora con aristas de math-rock y post-hardcore.
En las parcelas autóctonas, a media tarde, refrescante pase de Renaldo & Clara, recreando ese pop de sintetizadores y ‘beats’ atrevidos plasmado en ‘La boca aigua’. Hay que ver cómo ha cambiado la antaño tímida cantautora Clara Viñals, ahora vacilándonos sin compasión en delicias como ‘L’amor fa calor’ y ‘S’està millor al carrer’. Y bastante lejos de todo ello, el rock con ascendiente andaluz setentero de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, para asombro de todo cuanto guiri que se acercara a la explanada conocida cordialmente como Mordor. Su último álbum, ‘Hilo negro’, sacó jugo una pulsión psicodélica con carácter, áspera y lírica, apuntando a las raíces sin complejos en esta primera jornada del Primavera.
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