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Manuel Campo Vidal

Victoria Prego: excelente periodista y buena persona

El periodismo en España necesita una “generación Victoria Prego”. Son tiempos difíciles en los que la creciente polarización pide sosiego y templanza para que esta “excepción democrática”, que afortunadamente va para medio siglo, no se vea amenazada

Hay periodistas que destacan en televisión, otros en radio, o en prensa; y se podría abrir la clasificación a los periódicos digitales. Todavía, hay algunos que, quizás no brillen tanto en sus colaboraciones, pero sí en sus funciones corporativas al frente de asociaciones de la prensa, por ejemplo. Bien, pues Victoria Prego, que acaba de dejarnos, destacó en todos ellos, desde la corresponsalía de TVE en Londres y aquellos telediarios especialmente “pedagógicos” que presentaba con Joaquín Arozamena, al diario digital El Independiente; desde la radio y diario El Mundo, a la presidencia de la siempre difícil Asociación de la Prensa de Madrid, rompeolas de las marejadas profesionales que a veces se fraguan en las tensiones de la política nacional.

No he encontrado en décadas de trabajo a alguien que hablara mal de Victoria, ni a nadie que se quejara de que no le había atendido en sus requerimientos, incluida la atención a estudiantes de periodismo. Siempre dispuesta a la colaboración y a introducir sosiego en las situaciones más críticas, se labró un prestigio de credibilidad, que es el verdadero capital de un periodista.

Archivo - Victoria Prego durante un acto de la APM por el Día de los Periodistas

Archivo - Victoria Prego durante un acto de la APM por el Día de los Periodistas / PABLO VAZQUEZ - Archivo

Su obra televisiva en la serie sobre la Transición de la dictadura a la democracia debería proyectarse en los colegios para suplir las clases desmemoriadas de una historia reciente que las jóvenes generaciones no saben valorar, porque nadie se la ha explicado. Con el riesgo que eso conlleva, porque pueden creer que lo normal es vivir en democracia, cuando en los dos últimos siglos de la historia de España este período de paz y convivencia es una excepción.

Fallece la periodista Victoria Prego a los 75 años

Lucía Feijoo Viera

Al cumplirse los 40 años de democracia (2017) el Canal Historia me encargó una serie que incluyera a los protagonistas que Victoria no había podido incorporar en 1995, sencillamente porque no eran todavía líderes reconocidos como Aznar, Zapatero, Rajoy, Rubalcaba, Pedro Sánchez, Borrell, o Junqueras; y otros como los de la denominada “nueva política”, hoy arruinada, como Albert Rivera o Pablo Iglesias. Por supuesto que incluí a Victoria Prego como personaje de referencia a entrevistar.

Dos declaraciones suyas quedaron especialmente en mi memoria: la primera, que a la muerte de Franco, Madrid se llenó de corresponsales extranjeros que llegaban dispuestos a retransmitir algún tipo de nueva guerra civil porque no creían que los españoles fuéramos capaces de desarrollar una transición pacífica; la segunda, más emocional, al expresar su sentimiento el día 15 de junio de 1977. “Cuando me acerqué a la urna a votar, me temblaban las piernas”. Con esa frase cerré el primer capítulo, que iba de la muerte de Franco a la primera elección democrática en 40 años. Así hablaba y escribía Victoria, combinando información de primera mano y análisis riguroso con notas sensibles que retrataban una situación con la que pudiera identificarse cualquier ciudadano.

Victoria Prego y Josep López de Lerma

Victoria Prego y Josep López de Lerma / Marc Martí

“El periodismo de la escuela Prego -acaba de escribir María Rey, su sucesora en la presidencia de la Asociación de la Prensa de Madrid- es la esencia del oficio: observar, escuchar, preguntar, reflexionar, comprobar y contar. No hay más. (…) Ella, como otros de su escuela, se mantuvieron firmes a una forma de estar y participar en la sociedad”.

El periodismo en España necesita una “generación Victoria Prego”. Son tiempos difíciles en los que la creciente polarización pide sosiego y templanza para que esta “excepción democrática”, que afortunadamente va para medio siglo, no se vea amenazada.

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