Fiesta de aniversario

A Wamba Buluba Club, el palpitante corazón de la Barcelona rocanrolera

La plataforma que congrega a los aficionados a los sonidos 'vintage' celebra su 11 aniversario en La [2] de Apolo con las actuaciones de Ray Collins' Hot Club y Los Torontos

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Los alemanes Ray Collins' Hot Club

Los alemanes Ray Collins' Hot Club / RCHC

Rafael Tapounet

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Desde hace décadas, Barcelona arrastra el cliché de ser una ciudad que ha dado la espalda al rock’n’roll para apostar por otros géneros musicales más a la última (más modernos, por decirlo de alguna manera). Como todos los lugares comunes, esa es una verdad solo a medias. César ‘Turis’ (también conocido como Turista Bang Bang, su nombre de ‘disc-jockey’) lleva más de 10 años luchando contra ese tópico al frente del A Wamba Buluba Rock’n’Roll Club, una iniciativa nacida el 6 de marzo de 2013 en el Marula Café de la calle Escudellers que en este tiempo ha acogido más de 700 conciertos y sesiones y que, quizá más importante, ha servido para reunir a las distintas familias del rock ‘vintage’ barcelonés en una gran congregación en la que el afán de diversión está muy por encima de los recelos tribales de antaño.

“Yo vengo de la escena valenciana -explica Turis, que es de Benidorm- y allí el rock’n’roll no es algo tan sectario como pueda serlo en Madrid o Barcelona. Tenemos la misión de la diversión y cualquier banda que sea divertida entra dentro del amplio espectro del rock’n’roll, ya puede ser una big band de rhythm and blues, de jive o de swing hasta un grupo de punk del 77 inglés. En Barcelona, las escenas estaban muy segmentadas y el A Wamba ha roto con eso totalmente. Nos gusta mezclar, meter un grupo de punk y seguir con una sesión de rockabilly. Además, no hay nada peor para un promotor que tener a una tribu controlando quién entra en el club y quién no. Esto no puede ser la casa de nadie porque ha de ser la casa de todos”.

Pasión "pura y dura"

A Wamba Buluba tuvo una residencia semanal fija en el Marula Café hasta finales de 2018. Desde entonces, se ha ido moviendo por diversos locales de Barcelona y ha organizado con cierta regularidad fiestas y sesiones también en otras ciudades como Valencia, Bilbao, Madrid y hasta Buenos Aires. Ha sido más de una década de intensa actividad alimentada por lo que Turis define como “pasión pura y dura”. “Esto da para comer lo justo, pero hacer lo que te gusta es lo mejor que te puede pasar en la vida -señala-. A mí el trabajo no me pesa. Me divierte crear, probar cosas nuevas, pegarme hostias, volver a empezar de cero, ilusionarme… Mis colegas con más mentalidad empresarial probablemente dirán que lo que hago no sale a cuenta, pero mientras tenga para comer y pagar al alquiler sí me sale a cuenta, porque vivo como quiero”.

César, alias 'Turis'.

Turista Bang-Bang, 'Turis' / EPC

A Turis le cuesta destacar un recuerdo -o dos, o tres- entre los muchos momentos vividos en ese club “contra la muerte por rutina” que es el A Wamba Buluba. “Ha sido todo tan intenso... Poder traer a Rob Younger, de Radio Birdman, o a Kim Salmon, de los Scientists. O a Kid Congo Powers. Esos han sido momentos especiales. Pero es que ha habido muchos, muchos. Tantos que si por cualquier razón tuviese ahora mismo que dejarlo, podría estar muy satisfecho con el trabajo hecho”.

Blues, rock'n'roll, swing...

Que nadie se alarme, porque aunque Turis confiesa que la noche empieza a pesarle un poco, no tiene intención de abandonar. Para dejarlo claro, este jueves organiza en La [2] de Apolo un fiestón por todo lo alto con el pretexto de celebrar los 11 años de su club de rock’n’roll. En el cartel, las actuaciones de Oscar Wolf & Washboard Quico -“Oscar es un bluesman de aquí que va a su bola, pero es buenísimo; cada vez tira más para atrás y está ya en los años 20”-; Los Torontos -“un supergrupo de rock’n’roll y rhythm & blues formado por los capitanes de diversas bandas de la ciudad”-, y el colofón de los alemanes Ray Collins’ Hot Club –“una big band de rhythm and blues, jive y swing que tiene unos discos brutales y una puesta en escena muy contundente”-.

Es un ‘pack’ que aúna el gusto por la música añeja y la invitación al bailoteo, fórmula sobre la que el A Wamba ha sustentado su éxito. “No tienes que ser un erudito de rock and roll para disfrutar de esto. Cualquier persona con un poco de apertura musical flipará con las tres bandas y, además, podrá bailar. Al fin y al cabo, el nuestro es un club de baile, y está muy bien que sea así”.

Volvamos al inicio, Turis. Desde su experiencia, ¿es Barcelona una ciudad rocanrolera o no? “A ver cómo lo digo. Barcelona es una ciudad que tiene o mucho gusto o nada de gusto. Es una ciudad que llega antes a las cosas, que se adelanta, con gente con muy buen gusto, en la música y en la vestimenta, que se mete a fondo en las cosas. También es una ciudad muy crítica, y eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. En Barcelona cuesta convencer a la gente para que vaya a un concierto. No sé, es posible que en otros sitios el A Wamba hubiera funcionado aún mejor, pero yo lo quiero hacer aquí porque me gusta cómo se hacen las cosas aquí”.

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