Carrera en alza

Marina Herlop: "Ahora necesitaría marchar medio año a la montaña sin wifi, pero eso no es posible"

La cantante y pianista de Piera presenta su último álbum, ‘Nekkuja’, este miércoles en Apolo, dentro del Barcelona Piano Day, tras vivir una creciente repercusión a escala internacional con su intrigante propuesta art-pop

La cantante de Piera Marina Herlop, en una imagen promocional

La cantante de Piera Marina Herlop, en una imagen promocional / Anxo Casal

Jordi Bianciotto

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Un paisaje de vegetación frondosa ilustra la portada del último álbum de Marina Herlop, ‘Nekkuja’, imagen que ella ve como metáfora del proceso creativo. ¿Vergel ordenado o selva que da un poco de miedo? Ella se queda con la idea del jardín como ese lugar con vida propia que condiciona las decisiones del artista. “El jardinero, el compositor, no inventa sus composiciones desde cero, sino que el entorno va por delante: no puedes plantar algo sin tener en cuenta el clima, las precipitaciones o de dónde sopla el viento”, explica la cantante y pianista barcelonesa, que ve “una lógica interna” en la música que está “ligada a nuestro cerebro y a la naturaleza, y que es difícil de descifrar”.

Todo ello puede sonar un poco intrincado o intelectual, cuando Herlop (acrónimo de Hernández López) no dedica sus energías a construir un relato alrededor de su música, al contrario de lo que hoy se estila. “Para mí, la música es pura y lo de asociar imágenes o conceptos es algo que casi evito, porque entonces la música ya no es música, sino algo más relacionado con el mundo de los humanos, que quiere preñarlo todo con sus historias”, cavila. No hay que buscar los tres pies al gato a los títulos de sus discos y canciones. ‘Nekkuja’ “no significa nada”, apunta, y es solo una palabra cuyo sonido le gusta, como ‘Pripyat’ (2022), aunque en este caso admite que la interesa la resonancia de ese topónimo (la ciudad ucraniana próxima a Chernóbil, desmantelada tras el accidente nuclear de 1986) como “una pequeña muestra de cómo sería la Tierra si desaparecieran los humanos”. 

En Europa y las Américas

Marina Herlop llega a Apolo, este miércoles, concierto encuadrado en los actos del Barcelona Piano Day (que incluye la charla ‘El arte de Alicia de Larrocha’, a cargo de Mònica Pagés, y los conciertos del cordobés Jaime del Adarve y la islandesa Eydís Evensen) precedida por vientos de reconocimiento, después de un largo trabajo, a veces sordo, con cuatro álbumes en los que ha evolucionado desde el pianismo hasta un paisaje electrónico y ‘avantgarde’.

Sintetizadores, efectos de sonido, percusiones (sobre todo electrónicas), ‘samples’, piano y una voz que es una fuente de sonido más. ‘Nekkuja’ empezó a componerlo a raíz de un encargo del Auditori, mientras aguardaba a la edición de ‘Pripyat’. Por eso, ambos discos se entrecruzan en su directo dando la medida de una Marina Herlop finalmente proyectada a escala internacional. El festival Primavera Sound la ha llevado a Oporto, Los Ángeles y Sao Paulo, ha abierto para Animal Collective en varios países y se ha prodigado por Europa y las Américas.  

Todavía se muestra sorprendida, o incluso algo aturdida. “Ya no contaba con esto, la verdad, estaba incluso plegando velas, a punto de cumplir 30 años y necesitada no ya de una fuente de ingresos sino de un relato personal. Y todo ha pasado muy rápido”, reflexiona Marina Herlop, que estudió periodismo y humanidades, y ha vivido de las clases de piano. Y de algunos encargos: música para las películas ‘Políticamente incorrectos’ y ‘Chinas’ (esta, nominada a los últimos Goya). Ya sea por la naturaleza experimental de su música y o por su uso de una no-lengua indescifrable, mezclada con un catalán no menos críptico (“con las letras no me acabo de sentir cómoda, pero algo tengo que inventarme”), se siente poco integrada en la escena del país. “Pero no me molesta, ni siento rabias ni rencores”. 

Ahora sabe que debe aprovechar la racha. “El cuerpo me pide un año sabático, pero aquí no se descansa”. Lo que más le preocupa es poder encontrar un estadio de “paz y aislamiento” para crear su próximo disco. “Antes, eso lo conseguía de una manera natural, pero ahora siento que mi proyecto se ha sobredimensionado un poco por lo que yo estoy acostumbrada”, observa. “Necesitaría marchar medio año a la montaña sin wifi, pero eso no es posible. Ya encontraré la manera”.