Música

La OBC sigue la fiesta en el Auditori

La orquesta catalana estrenó un ciclo de canciones de Guix junto a obras de Brahms y Sibelius

Archivo. Una foto de la OCB

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Pablo Meléndez-Haddad

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En medio de un ambiente festivo y con presencia de autoridades, la temporada de la Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) continuó celebrando el 25º aniversario de su sede, y lo ha vuelto a hacer con un estreno absoluto. En este caso se trató de un ciclo de tres canciones del compositor, profesor y gestor Josep Maria Guix (1967), ‘Songs for Júlia’, escritas el año pasado por encargo del Auditori. Con texto en inglés, ponen música a poesías de dos escritores chinos de los siglos VIII y IX, Bai Juvi y Li Bai, que hablan de la primavera y el otoño, y que se inspiran en la hija del músico. De un lirismo directo, íntimamente oculto en un juego tímbrico seductor, están orquestadas con ambición y buen gusto. A la solvente soprano británica Anna Devin le correspondió el honor de estrenarlas, ofreciendo una voz adecuada y flexible.

La OBC, dirigida por Ludovic Morlot, las trató con mimo y el maestro, aunque se preocupó de no ahogar a la soprano, por momentos lo impidió la amplia y brillante plantilla orquestal.

De Sibelius se ofreció una espectacular y extrovertida versión de su ‘Sinfonía N.º 7 en Do mayor, Op. 105’, obra cargada de contrastes dramáticos; escrita en un solo movimiento, es la última de las sinfonías del finlandés y, por desgracia, casi el final de su vida creativa.

La segunda parte incluyó el inmenso y complejo ‘Concierto para piano N.º 2 en Si b mayor, Op. 83’ de Bramhs, contando con Denis Kozhukhin como solista, quien demostró madurez técnica y expresiva. una digitación prodigiosa y un dominio absoluto de la obra. Hubo adecuada complicidad con una OBC entregada, con un chelo solista impecable y con un Morlot que mostró gran sensibilidad en la concertación.

La fiesta continuó a las puertas del Auditori con un concierto para piano y electrónica de Francesco Tristano.

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