Exposición en el MNAC

Jordi Longarón y su Friday Foster, primera heroína negra del cómic, llegan al museo

El MNAC rescata en una muestra la revolucionaria y popular serie dibujada en los 70 para los periódicos de Estados Unidos

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Viñeta de 'Friday Foster' en 'The Chicago Tribune'.

Viñeta de 'Friday Foster' en 'The Chicago Tribune'. / Jordi Longarón

Anna Abella

Anna Abella

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Friday Foster es una intrépida y valiente fotógrafa de moda en el barrio neoyorquino de Harlem. Busca el éxito profesional y es sentimentalmente independiente, sin ningún interés por casarse ni formar una familia. En 1971, tres años después del asesinato de Martin Luther King, se convirtió en la primera mujer negra en protagonizar una tira de cómic en diarios generalistas estadounidenses. El cómic, que reunía aventura, intriga, romance y glamur, fue censurado en estados segregacionistas del Sur, donde cinco años antes una mujer negra aún tenía prohibido conducir o votar; y en los del norte incomodó por alejarse de los roles tradicionales asignados a las mujeres. Pero eso no impidió que el personaje se popularizara como icono del Black Power por romper tabús raciales y feministas. Creada por el guionista de Detroit Jim Lawrence, que fue brigadista contra Franco en la Guerra Civil española, eligió para dibujar la serie al barcelonés Jordi Longarón (1933-2019), que así se alzó como el primer autor español de tebeos en trabajar para el mercado americano.  

Ya desde muy joven, a Longarón le temblaban mucho las manos. Tras creer en un primer momento que era párkinson fue diagnosticado de temblor esencial. Pero tras entrar como aprendiz, a los 14 años, en la editorial Toray, eso no le impidió consagrarse a un oficio que le convertiría en un histórico de la historieta (Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona 2011). "Nunca dejó de dibujar, pintar, ilustrar. Hasta pocos días antes de su muerte", recuerda Marc, uno de sus dos hijos, a las puertas de una de las salas del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), que acoge hasta el 24 de junio la exposición de pequeño formato ‘Longaron y Friday Foster, la heroína inesperada’, con una cincuentena de originales recuperados por él mismo en subastas.  

Viñeta dominical de ‘Friday Foster’, dibujada por Jordi Longarón.

Marc Longarón se entusiasma al hablar de su padre y de la intrahistoria de la serie, que nunca se publicó en España, aunque en 2021 un libro editado por Norma reuniera las tiras dominicales, con prólogo de la cantante negra Claudia Lennear, una de las coristas de Tina Turner, quien destaca cómo ‘Friday Foster’ influyó en su generación.  

Portada de un tebeo de 'Hazañas bélicas', con el icónico soldado dibujado por Longarón.

En Toray, Longarón pronto llegó a jefe de dibujantes y, entre otros trabajos, suya es la icónica imagen del soldado en las portadas de las populares ‘Hazañas bélicas’. Empezó a trabajar también para Dinamarca, Noruega, Francia, Alemania y, en Reino Unido, para la agencia Bardon Art (fundada por el catalán Jordi Macabich), a la que acudió Jim Lawrence en busca de un dibujante para ‘Friday Foster’. El guionista, "muy implicado en la defensa de los derechos civiles, reflejó lo que pasaba en la actualidad del momento con una conciencia brutal social y plasmó no solo el empoderamiento de la mujer negra sino el de la mujer en general, con viñetas, por ejemplo, en las que unas feministas se manifiestan contra la editora de la revista en que trabaja la protagonista porque creen que es sexista y esclaviza el cuerpo de la mujer -explica Longarón hijo-. Hoy, las cosas no han cambiado tanto, tenemos el Black Lives Matter y el MeToo".  

Jordi Longarón dibujando 'Friday Foster'.

Jordi Longarón dibujando 'Friday Foster'. / Cedida por la familia

En EEUU compró la serie el ‘Chicago Tribune New York News Syndicate’, que la vendió a todos los diarios del país, publicándose en la mayoría de estados del norte, en entre otros ‘Los Angeles Times’ o el ‘Daily News’, difundiéndose en 50 millones de ejemplares. A un infernal ritmo de una tira diaria hasta 1974, el barcelonés imprimió su estilo "dinámico y cinematográfico, con muchos contrastes en las historietas en blanco y negro, aplicando mucha masa de tinta sobre todo con pincel, porque con el temblor de las manos le era más fácil que con plumilla, que era lo habitual entre los dibujantes de entonces", apunta su hijo Marc, que explica su enorme detallismo y cómo adoptó el modo de trabajo de EEUU: usando fotografías o modelos para dibujar bien las arrugas, las posturas, las sombras, el movimiento, etcétera.  

Tira de 'Friday Foster'.

Tira de 'Friday Foster'. / Jordi Longarón

"Mi padre solo fue una vez a EEUU, a Nueva York, en 1969, para firmar el contrato. Y se pasó cinco días fotografiando Harlem desde el taxi, porque la policía no dejaba bajar del coche porque era peligroso". Aquellas fotos debían servirle para trasladar autenticidad a las viñetas. Pero para cuatro años de tiras necesitaba muchos más referentes a los que acudir según la escena. "Con la fundamental ayuda de mi madre empezó a construir un gran archivo fotográfico en casa, recortando fotos de revistas y guardándolas en decenas de carpetas temáticas etiquetadas como ‘chicas a caballo’, ‘hombres con esmoquin’, ‘coches’…", recuerda. También hacía fotos a todo el que entraba en casa, donde montó un estudio de revelado. 

Marc Longarón, hijo del dibujante, ante los dibujos de su padre en la muestra del MNAC.

Marc Longarón, hijo del dibujante, ante los dibujos de su padre en la muestra del MNAC. / A. A.

Desde Barcelona, Longarón enviaba las tiras por correo y se comunicaba con el guionista por cartas, telegramas, llamadas… Algunas se perdían o no llegaban a tiempo por imprevistos y entonces en EEUU encargaban a un dibujante de allí que imitara el estilo Longarón. 

Un año después de concluir la serie, en 1975, el personaje de Friday Foster saltó al cine, encarnado por Pam Grier, gran musa género ‘blaxploitation’ (hecho por y para negros), a la que Tarantino recuperó para ‘Jackie Brown’.    

La muestra es una pincelada más del trabajo continuado llevado a cabo por el MNAC para incorporar el cómic a las colecciones, adquiriendo piezas de forma regular y con exposiciones (como la del nuevo Corto MaltésEl Víbora u Osamu Tezuka), y para que este sea "reivindicado artísticamente y entendido y valorado igual que el resto de las Bellas Artes", señala el conservador y comisario Àlex Mitrani. 

Rescatar esta serie en el museo, que probablemente adquirirá alguno de los originales, implica, añade, "descubrirla a un público más amplio no aficionado a la historieta, poner en valor la calidad gráfica de los originales y recordar la potencia de los dibujantes y de la industria de cómic barcelonesa, que irradió con éxito internacionalmente". 

Marc Longarón, que tiene mucho material gráfico de su padre (dibujos, pinturas, ilustraciones, esbozos…, que va colgando en la cuenta de Instagram Longaron Museum), lleva cinco años dedicando la herencia, asegura, a recuperar tiras de ‘Friday Foster’ en subastas, que están llegando a precios prohibitivos, de entre mil y 6.000 euros. Tiene unas 70, pero dibujó un millar.