Festival de Jazz de Terrassa

Lakecia Benjamin, la saxofonista revelación de Nueva York: "El jazz sigue siendo un negocio dominado por los hombres"

La saxofonista debuta en el 43 Festival Jazz Terrassa tras estar nominada a tres categorías de los Grammy y haberse curtido en los directos con Lil Wayne, Jay-Z y Stevie Wonder

La saxofonista Lakecia Benjamin.

La saxofonista Lakecia Benjamin. / Elizabeth Leitzell

Roger Roca

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En los últimos Grammy estaba nominada en tres categorías por el álbum “Phoenix”, que presenta el jueves en la Nova Jazz Cava de Terrassa. Al final se quedó sin premio, pero aun así, Lakecia Benjamin es hoy uno de los nombres más en boga del jazz norteamericano. Aunque su camino hasta aquí ha sido largo y más tortuoso que el de la mayoría. Benjamin es, también, mucho más tenaz que la mayoría.

“Pongamos que me tuerzo el tobillo y solo puedo dar pasitos pequeños. Pues aunque tarde más, al final llegaré igualmente, como en el cuento de la tortuga y la liebre”, dice riéndose Benjamin, que responde a este diario mientras conduce dirección a un concierto en Washington. En 2021, volviendo de otro concierto, sufrió un grave accidente en el que se rompió varias costillas, un omóplato y la mandíbula, además de sufrir lesiones neurológicas. A las tres semanas estaba otra vez sobre el escenario. Su disco “Pursuance”, dedicado a dos de sus ídolos, John y Alice Coltrane, había sido un éxito inesperado y Benjamin no quiso renunciar a su primera gira europea. Llegar hasta allí no había sido fácil. 

Del merengue a Stevie Wonder

Esa experiencia explica en parte su siguiente disco, “Phoenix”, que tiene que ver con el renacer personal y colectivo y que da voz a mujeres que son referentes para Benjamin. La activista Angela Davis, la cantante Dianne Reeves y la poeta Sonia Sánchez son algunas de las invitadas en un disco que cruza el jazz más espiritual con la intensidad de la música de calle. Lakecia Benjamin empezó tocando merengue en las calles de Washington Heights, un barrio de Nueva York de mayoría latina. “Mis amigos eran dominicanos, la música que oía era dominicana. Tocábamos de las 9 de la noche a las 3 de la madrugada. Para mí fue crucial a esa edad entender la música como algo que hacía feliz a la gente, saber que en un concierto mío alguien podía conocer al amor de su vida”.

A los catorce años se fue de casa de sus padres -“no estaba emancipada legalmente, pero vivía por mi cuenta. Las cosas fueron así”, dice, zanjando el tema- y eligió un instituto donde podría aprender música. “En ese momento no es que la música fuera mi vida, más bien era algo que me gustaba, que me distraía de mis circunstancias y que acabó convirtiéndose en una obsesión”. Descubrió el funk, el soul, y cuando dió con el jazz se buscó la vida para estudiar con veteranos como Gary Bartz y conectarse al circuito de la ciudad.

Durante años vivió haciendo equilibrios entre su propia música y los bolos que le salían acompañando en directo a raperos como Lil Wayne y Jay-Z. De esa época recuerda con especial cariño el tiempo que pasó junto a Stevie Wonder. “¿Cómo te relacionas con el público cuando tienes a mil personas enfrente? ¿Y a cien mil? ¿Cómo puedes ser un buen líder? ¿Tratas bien a la gente? Todo eso lo aprendí viendo a Stevie”.

¿El momento de las mujeres?

Su carrera dio un salto en 2020 con el disco dedicado a los Coltrane, y “Phoenix” demuestra que ese éxito no era flor de un día. En Terrassa arranca su segunda gira por Europa como líder, pero Lakecia Benjamin no da nada por hecho. “Lo único seguro es que nada dura para siempre. Hubo un tiempo en que Michael Jackson era la mayor estrella del pop, pero las cosas cambian. Lo único que puedes hacer es música que refleje en qué momento vives”. En el jazz, este parece el momento de las mujeres. Artistas como la batería Terri Lyne Carrington, productora de “Phoenix”, ocupan un espacio que antes era solo para hombres. Pero Benjamin no es triunfalista. “De pequeña buscaba mujeres saxofonistas que pudieran ser mis referentes, y hoy hay más o menos las mismas. Este es un negocio dominado por los hombres, no sé si esta situación puede cambiar”.