Los Mossos desmantelan un taller que creaba y distribuía obras falsas de Banksy

Es el principal referente del arte urbano actual no solo por las dudas sobre su identidad durante décadas sino también por el impacto de sus obras, siempre provocadoras en las que cuestiona a la sociedad actual por no hacer frente a los conflictos. Cada vez que aparece una obra de Banksy los medios de comunicación de todo el mundo enloquecen, por lo que su arte es muy valorado.

Pero precisamente la aureola de misterio sobre su figura y el impacto mediático hacen que aparezcan imitadores de sus obras o personas que quieran aprovecharse diciendo que pueden conseguir algunas de ellas. Para evitar posibles estafas, el propio Banksy creó la organización sin ánimo de lucro “Pest Control” para verificar sus creaciones. Es la única que emite certificados de autenticidad. 

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Sin embargo, hay criminales que escapan a tanto control. Es lo que se encontraron los agentes de la Unidad Central de Patrimonio Histórico de los Mossos d'Esquadra que han desmantelado un taller que distribuía obras falsas de Banksy e investigan a cuatro personas por los delitos de estafa continuada y contra la propiedad intelectual.

En julio de 2023, los agentes la venta de diferentes obras atribuidas al artista Banksy en plataformas online, salas de subasta y anticuarios. Tras unas primeras inspecciones en el mes siguientes, consiguieron intervenir 9 obras, algunas de las cuales ya habían sido vendidas y otras que todavía se encontraban a la venta. El alto volumen de la oferta y las características de las creaciones hicieron sospechar a los investigadores.

Dos jóvenes imitadores

Los agentes siguieron el rastro e identificaron al principal distribuidor que diversificaba las ventas en tiendas especializadas, en salas de subastas de Barcelona, y desde páginas de venta online muy concurridas. En diciembre del año pasado se inspeccionó el taller en el que se creaban estas obras en un piso de Zaragoza.

Allí, una pareja de jóvenes seguidores del arte urbano de Banksy y con problemas económicos, creaban las obras sobre cartones a las que añadían complementos gráficos que las hacían más atractivas, según los mossos. Por eso requisaron plantillas, sellos de tinta, sprays de pintura y muestras de entradas de Dismaland, un proyecto artístico de Banksy concebido como parque de atracciones en el complejo Weston-super-mare en Somerset (Inglaterra) entre el 22 de agosto y el 28 de septiembre de 2015.

La policía remarca que la pareja vendía estas obras a precios "razonables", no superiores a los 80 euros, que hacían sobre cartones a distribuidores. Como el precio de las creaciones era mucho más alto, superior a los 1.000 euros, los agentes siguieron indagando hasta que encontraron a los dos principales sospechosos, que tienen conocimiento del mundo del arte, principalmente de la obra gráfica, ya que hace años que se dedican.

Distribuidores con conocimientos

Uno de ellos es distribuidor y tuvo la idea de "introducir en el mercado un producto nada habitual pero exitoso", según los mossos, como eran estas obras creazas en Zaragoza pero haciéndolas pasar por creaciones de Bansky dentro del proyecto Dismaland. Para ello, añadían algún complemento que generara más engaño como sellos y pegatinas de la marca.

"Con la colaboración interesada de una entidad distribuidora, elaboraron un tipo de certificados que de forma individualizado indicaban que la obra había sido creada por la mano del artista dentro del proyecto Dismaland", según la policía. En concreto se entregaban las obras falsas con justificantes de entradas del parque Dismaland, ya que siempre se especuló con que Banksy escondió algunas de ellas en el recinto.

1.500 euros por obra

Gracias a Pest Control, los Mossos descubrieron que las obras y los certificados eran falsos. Por el momento se tienen documentadas 25 ventas, en varios puntos de la geografía española Alemanía, Suiza, Estados Unidos y Escocia. Algunas víctimas pagaron 1.500 euros por obra y se tienen acreditados, por el momento, una estafa de 10.000 euros. La investigación sigue abierta.

Dentro de Dismaland se exponían obras de decenas de artistas invitados personalmente por Banksy, así como algunas suyas. Sin embargó, se especuló que había dejado creaciones para que los visitantes las pudieran encontrar. Por eso, supuestamente los investigados usaban fotocopias de entradas del parque como garantía de que eran auténticas, junto con pegatinas y otras marcas.

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Las obras se realizaban sobre cartón con spray, utilizando plantillas e incorporando elementos que generan confianza a los compradores, como son los sellos de tinta y pegatinas. Los mossos sospecharon cuando aparecieron un número abundante de estas obras en el mercado, además de que aparentaban tener un origen común por las certificaciones que las acompañaban. Al final la avaricia, uno de los pecados capitales criticado por Banksy en su arte, fue la perdición de los sospechosos.