En Barcelona

Sant Jordi será de "copago": entre 96 y 500 euros por una parada de libros

“Ocupar todo el centro de Barcelona tiene un coste y hay que pagar parte de esa fiesta”, apuntan desde el Gremi de Llibreters

Hablan los libreros: "Pagar por una parada en Sant Jordi es coherente"

Ambiente en el paseo de Gràcia, en el Sant Jordi de 2022.

Ambiente en el paseo de Gràcia, en el Sant Jordi de 2022. / XAVIER GONZÁLEZ

Leticia Blanco

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Sant Jordi dejará de ser gratis para librerías y editoriales: a partir de este año habrá que pagar por tener una parada en las calles más céntricas como Passeig de Gràcia, Rambla de Catalunya o Passeig Sant Joan. Lo ha anunciado este miércoles la Cambra del Llibre, en un comunicado interno con una tabla de precios donde se establece un mínimo de 80 euros más IVA, un total de 96,8 euros, por una parada de seis metros de una editorial o librería agremiada. En caso de no estar asociada, la tarifa es de 121 euros.

La medida es fruto del acuerdo entre los tres gremios (libreros, editores y distribuidores) que integran la Cambra del Llibre y establece una horquilla para los espacios de venta de libros de 6, 12, 18 y 24 metros, con precios que van de los 96,8 euros a los 193,6 euros, 290,4 euros y 387,2 euros respectivamente, siendo estas dos últimas tarifas aplicables solo a librerías. Para los no agremiados será un poco más caro y disfrutar de una parada durante el día de Sant Jordi costará 121 euros, 242 euros (por una parada de 12 metros), 363 euros (18 metros) y 484 euros (por la más grande, de 24 metros).

Se trata de una medida de “copago” que la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, las dos administraciones que hasta ahora se hacían cargo de los gastos que implica organizar el Sant Jordi multitudinario de los últimos años, venían sugiriendo al sector del libro desde hace tiempo. “Nos dieron un toque y el año pasado se hizo un estudio sobre la medida”, explica Eric del Arco, presidente del gremio de libreros, que calcula que la nueva tasa recaudará entre 43.000 y 45.000 euros, que es aproximadamente un 17% del coste total de Sant Jordi.

La decisión ha sido percibida por algunas voces del sector como una privatización del espacio público y del Día del Libro. “Copago quiere decir pagar dos veces: con los impuestos y con esta tarifa”, tuiteaba la editorial de ciencia ficción Orciny Press. “Era difícil empeorar Sant Jordi, pero lo habéis conseguido. Felicidades por haberlo hecho en secreto y por sorpresa”, criticaba Bernat Ruiz Domènech, editor de apostroh, en otro mensaje en X (antes Twitter).

Enfado y sorpresa

“Entiendo el enfado, totalmente legítimo, de tener que pagar por algo que hasta ahora había sido gratis”, explica Del Arco, que habla de “consenso” en el sector ante la medida y recuerda que participar en cualquier otra feria del libro que se celebra durante el resto del año suele tener un coste y que los precios que propone la Cambra del Llibre están muy lejos de lo que cuesta, por ejemplo, participar en la Feria del Libro de Madrid. “Tener una caseta allí durante toda la feria puede costar entre 2.000 y 3.000 euros, y eso sin contar con el hotel, el desplazamiento o el traslado de los libros. Estamos hablando de Sant Jordi, que es un negocio: se venden más libros en un solo día que en cualquier otro mes del año”. 

“Ocupar todo el centro de Barcelona tiene un coste y lo único que estamos diciendo es que hay que pagar parte de esa fiesta, participar en el coste de los servicios que necesitamos ese día”, apunta Del Arco. “¿A qué sector no le gustaría que cortasen Passeig de Gràcia y las Ramblas durante todo un día? Seguirá siendo más barato que cualquier feria o jornada en cualquier Vila del Llibre”, apunta el librero de Documenta. 

El coste de la fiesta del libro

La logística que supone cortar las calles más céntricas de Barcelona, el personal de seguridad que controla la circulación del público (un aspecto que se reguló en las ediciones pospandémicas, cuando las restricciones sanitarias obligaban a evitar las aglomeraciones) y los generadores de electricidad (necesarios para disponer de un ordenador o un datáfono) tiene un coste de alrededor de 200.000 euros que asume el Departament de Cultura y otros 30.000 que aporta el Ayuntamiento en especie como el despliegue extra de la Guardia Urbana y la colocación de los ‘new jerseys’. 

Una suma de unos 250.000 euros de la que el sector, apuntan desde el Gremi, también debe ser “corresponsable”. “Al final, todos sacamos rédito económico de Sant Jordi”, apunta Del Arco. A nadie se le escapa que el mundo del libro lleva encadenando años de bonanza, con un nuevo máximo de facturación en 2023, cuando se alcanzaron los 1.150 millones de euros, según Gfk. También es cierto que en el mismo sector conviven realidades diametralmente opuestas: grandes grupos editoriales con enorme músculo financiero y pequeños sellos de estructura mucho más precaria. Lo mismo sucede con las librerías. 

Un Sant Jordi más grande en 2024

El año pasado, la ‘superilla’ literaria de Barcelona creció por el norte y por el sur con las incorporaciones de la Rambla hasta la plaza Reial y Major de Gràcia, sumando 154.000 metros cuadrados. En Lluís Companys, las paradas se instalaron desde la Ciutadella hasta Arc de Triomf, conectando con Passeig Sant Joan. Ese día se vendieron 1,87 millones de libros, con una subida de un 7% respecto al año anterior y una facturación total de 24 millones de euros acumulada durante toda la semana.

La previsión para este año es que “la fiesta crezca y vayamos hacia un Sant Jordi más grande”, apunta Del Arco. “Es un paso necesario para ordenar Sant Jordi”, añade, y recuerda que todas las librerías de Barcelona tienen el derecho de colocar una parada de hasta 12 metros durante tres días a coste cero delante de su establecimiento y que para aquellos sellos o librerías que no puedan asumir el coste, el Ayuntamiento seguirá facilitando espacios gratuitos, sin una conexión eléctrica y no tan bien ubicados, claro.