30 años del CCCB

Judit Carrera: "Vivimos tiempos de ansiedad y miedo, pero no podemos claudicar ante la negación del futuro"

El CCCB celebra 30 años consolidado como espacio de encuentro y debate

La directora del CCCB, Judit Carrera.

La directora del CCCB, Judit Carrera. / Ferran Nadeu

Leticia Blanco

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El 24 de febrero de 1994 se inauguró oficialmente el CCCB en la antigua Casa de la Caridad del (por entonces se le llamaba así) “Barrio Chino”, bajo la dirección de Josep Ramoneda. En estos 30 años, 5,6 millones de personas han visitado alguna de sus 186 exposiciones y otros 5,3 millones han asistido a alguna de sus miles de actividades. Judit Carrera (Barcelona, 1974) dirige desde 2018 este transatlántico del pensamiento que hoy mismo disfruta del mayor presupuesto de su historia (15,5 millones de euros anuales) y cada año recibe a una legión de 300 pensadores, filósofos, artistas y escritores para debatir y tratar de descifrar hacia dónde se dirige Barcelona, Europa y el planeta. Una tarea nada fácil y especialmente necesaria en estos tiempos de colapso anunciado, desinformación y vertiginoso avance tecnológico.

Esta semana ha anunciado las dos primeras residencias del CCCB: Patrick Radden Keefe, que desenmascaró en su ensayo más célebre a la dinastía farmacéutica de los Sackler, los fabricantes del Oxycontin (responsable de la epidemia de opiáceos en EEUU) y Eliane Brum, que vive en la Amazonia. ¿Son una pista de lo que veremos en el futuro en el CCCB?

Sí, son dos temas de fondo que nos preocupan. Uno es el rol de la prensa como contrapoder. Ejercer la crítica desde la palabra, la investigación y el rigor es fundamental, y es nuestra manera de devolverle a Orwell el homenaje que hizo a Catalunya. El periodismo es necesario para combatir el autoritarismo y defender la democracia, que en estos momentos está en peligro en todo el mundo, incluso en el corazón de Europa. Las crisis políticas nacen muchas veces como consecuencia de la crisis de los medios, a partir de las fake news y la propaganda. Necesitamos un cuarto poder fuerte. 

¿Y en el caso de Brum, que además será la comisaria de la exposición ‘Amazonias’?

Los próximos tres años queremos privilegiar nuestra atención sobre el “sur global”, abrir las puertas del eurocentrismo en el que vivimos, acabar un poco con el monopolio cultural de lo anglosajón y fijarnos en esas partes importantísimas del mundo no occidental donde ahora mismo se está jugando el futuro de la humanidad: India, China, África, América Latina. Brum es una reportera brasileña que vive en la Amazonia y una figura clave en la defensa de la biodiversidad y los conocimientos indígenas. 

El algoritmo no quiere que estamos juntos, sino peleados y solos. El sueño democratizador de internet no ha salido bien

En los últimos años ha habido exposiciones sobre Marte, la física cuántica... ¿por qué ese interés en lo científico? 

Queremos romper la división artificial que se ha hecho tradicionalmente entre las humanidades y la ciencia. Parte del cambio de época que estamos viviendo, tiene que ver con los progresos científicos tan acelerados. Todo lo que tiene que ver con el cosmos, la medicina, el futuro del cuerpo humano o la neurociencia tiene en el fondo una dimensión humanística fundamental. No creo que tengamos que dejar la Inteligencia Artificial en manos de los tecnólogos, es importante que se aborde críticamente desde el ágora pública. Las humanidades han de actualizarse. 

La directora del CCCB, Judit Carrera.

La directora del CCCB, Judit Carrera. / EPC

¿El futuro nunca había dado tanto miedo como ahora?

Es cierto que vivimos un tiempo fascinante que genera mucha ansiedad y miedo. Cuando estábamos preparando la exposición sobre la Inteligencia Artificial no imaginábamos que iba a aparecer algo como ChatGPT. Lo que nos toca es plantear preguntas y abrir horizontes de un futuro que parece cerrado por todos los relatos que dominan ahora la esfera pública: el de la extrema derecha, el apocalipsis del cambio climático, las máquinas sustituyendo a los humanos… todos dicen lo mismo: que el mundo tal y como lo conocemos se acaba. La única certeza ante toda esa incerteza es la relevancia del pensamiento crítico. No podemos claudicar ante la negación del futuro. 

En el CCCB somos militantemente europeístas. El 30% de la población de Barcelona ha nacido en el extranjero, nuestro destino no puede estar desligado de Europa

Cuando el CCCB nació apenas existía internet. El mundo es otro hoy.

Todos sabemos lo que sabemos, ya no podemos refugiranos en la ignorancia: las redes sociales son hoy la principal fuente de información del ciudadano y hay multitud de estudios que nos dicen que el algoritmo está diseñado para generar ansiedad y miedo, polarizar, para que estemos enfadados. Pese al escándalo de Cambridge Analytica, seguimos ahí. Tocqueville decía que era necesario un medio para estar conectados sin vernos, y eso han sido siempre los medios de comunicación, que nos vinculaban sin conocernos, eran un marco mental común. Eso se ha acabado porque se ha fragmentado. El algoritmo no quiere que estamos juntos, sino peleados y solos. El sueño democratizador de internet no ha salido bien. Solo hace falta ver su lado oscuro en Estados Unidos y Rusia, países que determinan el rumbo del mundo. Hay una coincidencia temporal entre el auge de las redes y la extrema derecha y la crisis de las democracias en Europa. 

En Europa este año hay elecciones, ¿le preocupa el sentimiento antieuropeísta?

Creo que vivimos en un país todavía relativamente europeísta porque fue la salida que tuvimos después de la dictadura. Con los años se ha ido desgastando. Pero pese a todos sus defectos, me sigue pareciendo un proyecto político importante y necesario. El Brexit ha sido un desastre para los ingleses. Me preocupa la pulsión antieuropea en países como Francia porque eso supone un cambio respecto al fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa era el instrumento para garantizar la paz. En el CCCB somos militantemente europeístas. El 30% de la población de Barcelona ha nacido en el extranjero, nuestro destino no puede estar desligado de Europa.

La directora del CCCB, Judit Carrera.

La directora del CCCB, Judit Carrera. / Ferran Nadeu

Hablemos de públicos, ¿le gustaría llegar a alguno que se le escapa al margen del más fiel y asiduo al CCCB?

Nuestro público es diverso, intergeneracional y metropolitano en un 70%, y en los últimos cuatro años hemos hecho un esfuerzo a través de un equipo de mediación para llegar a ese público que no es tan ‘natural’. La generación de 1994, la que nació el mismo año que el CCCB, creció en un mundo digital, y nos preocupa que piense que las instituciones culturales no son para ellos, o que no se plantee venir a ver una exposición porque todo está en el móvil.

El Raval plantea todos los grandes retos de la ciudad contemporánea, ha sido un barrio precursor. Hemos aprendido mucho de él

También han puesto el foco sobre los adolescentes.

Sí, con un programa que está teniendo mucho éxito, con lista de espera, que hacemos unas dos veces al mes: juntar a una voz interesante con 300 0 400 adolescentes, para que debatan. 

¿Y la relación con el Raval?

Con el barrio tenemos 10 proyectos en marcha. El Raval es de una complejidad enorme, oficialmente el 65% de su población es extranjera. Hemos aprendido mucho de él y creo que todos deberíamos de cambiarnos las gafas que solemos usar cuando hablamos de él. El Raval plantea todos los grandes retos de la ciudad contemporánea: la diversidad cultural, religiosa, el acceso a la vivienda, la gestión del turismo, el vínculo entre lo privado y lo público. Y todo pasa en una hectárea. Es un barrio que pasó de tener un 2% de inmigración a un 55% en 15 años, es uno de los cambios más profundos que ha experimentado una ciudad europea, y lo hizo sin grandes conflictos ni explosión de violencia que sí vemos en otras periferias europeas. No niego que existen problemas y tensión, pero también podríamos entender qué se ha hecho bien, en qué ha sido precursor. Puede ayudar a otros barrios de Barcelona que ahora empiezan a tener más diversidad. 

En el CCCB queremos fijarnos en partes importantísimas del mundo no occidental donde ahora mismo se está jugando el futuro de la humanidad: India, China, África, América Latina.

¿Cómo está viviendo la ola contra el feminismo?

Precisamente porque el feminismo ha sido una de las revoluciones más interesantes y potentes de los últimos años ha generado una contra, una respuesta agresiva. En todas las revoluciones de la historia en las que se avanza existe un retroceso. La contrarreforma está en marcha en todo el mundo, también en España. Es fácil retroceder en derechos, hay que batallar cada día. 

¿Qué le parece el nuevo Ministro de Cultura, Ernest Urtasun?

Le conoceré este sábado, viene a la celebración del 30 aniversario. El CCCB nunca ha tenido aportación del ministerio, es un problema histórico el conseguir fondos del gobierno español. Esperamos que se abra una grieta, para que desde Madrid se entienda que Barcelona también es capital cultural.